Política

Sevilla

Calentando en la banda

«Como una atracadora de bancos espeta: 'No se pongan nerviosos', 'no voy a atacar a nadie'».

Susana Díaz apela a la estabilidad pero ya engrasa la maquinaria institucional para las elecciones; ayer, visitó la localidad cordobesa de Monturque (Foto: Efe)
Susana Díaz apela a la estabilidad pero ya engrasa la maquinaria institucional para las elecciones; ayer, visitó la localidad cordobesa de Monturque (Foto: Efe)larazon

«Como una atracadora de bancos espeta: 'No se pongan nerviosos', 'no voy a atacar a nadie'».

Hace entre 571 y 541 millones de años sobre la faz de la tierra -otro de los lugares comunes- pululaban unos extraños seres a los que los científicos no saben bien dónde catalogar. ¿Animales? ¿Organismos unicelulares gigantes? El fósil de los diksonia parece la huella de un rodaballo. Uno grande, de los que da miedo luego mirar el precio en la factura y que se suele pedir en almuerzos institucionales o de trabajo. Es decir, cuando no se sabe quién paga pero se tiene la certeza de que tú no eres el que abona. Estos animales poblaron una vez la Tierra, pero los investigadores se dividen entre los que piensan que son nuestros ancestros más antiguos y los que sostienen que pertenecen a una rama evolutiva lateral. Sí tienen un punto en común ambas posturas, porque el rastro que han dejado para la eternidad contiene colesterol. Más de 500 millones de años de diferencia, ya es llover, y el mismo problema con la grasa que hoy. Menos mal que llegó la Explosión Cámbrica, todo se animó con nuevos seres y en esas estamos, sin saber los andaluces, con colesterol o sin él, cuándo serán las elecciones. Seguro que en el futuro los científicos se preguntarán sobre este enigma como ahora lo hacen respecto a la verdadera naturaleza de los diksonia.

«Yo estoy currando»

En Castillo de Locubín, Susana Díaz quiso templar los ánimos del resto de partidos, que no hacen más que mirar el cronómetro para que pite el árbitro. «Yo estoy currando», fue la frase, y el resto se deja la voz y las ganas por empezar a vender la moto. Mientras lanzaba esta señal de humo para dejar claro que la «estabilidad» campa, que el presupuesto llega hasta las uvas, que se están abriendo guarderías, que recorremos la recta final de una etapa, que..., empieza a escucharse el ruido de la maquinaria socialista-institucional para comenzar con el bombardeo de la campaña electoral en los próximos días. Ya se está armando el aparato ideológico para contar que estamos en el mejor de los mundos gracias a 40 años de socialismo. En realidad, ya nadie se hace el tonto y el 25 de noviembre es la fecha que se repite en todos los cenáculos. Ése es el mantra, una y otra vez, el metisaca de las elecciones, y no se mira para otro lado. Nada más, pese a que Juanma Moreno, como si estuviera ya en campaña, ha puesto el grito en el cielo después de que Cs, el partido del cambio, permita que la comisión de investigación de la Faffe sea presidida por el PSOE-A. Juan Marín y Albert Rivera, que no dejan ocasión para denunciar la falta de lealtad de los socialistas, abren la mano para que Marisa Bustinduy pilote el mecanismo de control del descontrol del gasto público. Otro misterio más sin resolver. Quizás para cambiar de aires, Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo se han repartido los papeles y venden la confluencia de izquierdas en Málaga y Sevilla respectivamente. La roteña ha abandonado Cádiz para plantar cara en un espacio donde los populares mandan con holgura y logran éxitos concretos sin meterse en demasiados charcos. Su lenguaje se sitúa en 1931: «las derechas», «los grandes terratenientes», «nuestra tierra», todo muy actual. No sabemos aún el éxito que pueda tener en la provincia que gobierna Elías Bendodo, aunque desde luego parece desconocer una de las zonas con mayor proyección internacional y desarrollo de la comunidad andaluza. Al final, por sus propios hechos, todos parecen darle la razón a la presidenta, a quien no se le ha pasado ni por la cabeza pensar en las urnas. Nada de eso. «Yo respeto que otros estén en el adelanto electoral», esgrime una y otra vez casi en un juego de prestidigitación y como una atracadora de bancos espeta: «No se pongan nerviosos», «no voy a atacar a nadie». Está claro quién tiene el mando, quién juega con los tiempos y quién sabe que mientras haya una oposición dividida el partido está casi ganado. Habrá que esperar unos pocos días, pero el cubo y el mocho para pegar carteles ya está preparado.

Las dos orillas

Un breve comentario sirve para poner en órbita uno de los graves problemas a los que se enfrenta España. «Melilla debe mirar al norte» encierra una realidad que supera los primeros comentarios contra la lealtad de la Ciudad Autónoma con Marruecos. No se trata de eso, porque el cierre de la aduana comercial Beni-Enzar sólo esconde la necesidad de repensar qué tipo de relación debe tener el Gobierno de Madrid con Rabat para asegurar la estabilidad de los españoles en el norte de África. No es la primera vez que los vecinos esenciales del sur lanzan algún que otro dardo con el que recolocarse en las relaciones bilaterales. Mientras, en Algeciras, nuevo encontronazo con la Guardia Civil, esta vez con submarino nuclear de por medio, rescata los peores momentos en la colonia británica con queja incluida del Foreign Office. Problemas que pringan en el patio trasero andaluz pero que nos salpicarán tarde o temprano con la misma resistencia que el colesterol de nuestros ancestros los diksonia.