Andalucía
Cuestión de independencia
l Gobierno de Pedro Sánchez ya le ha visto las orejas al lobo que le sirvió para moverle la silla a Mariano Rajoy y de paso convertirse en sensación internacional. No sabemos todavía en qué ha cambiado para mejor la vida de los españoles desde la moción de censura en el Congreso de los Diputados, como tampoco sabemos en qué acabará la huida hacia adelante de Quim Torra, por momentos cada vez más alejado de la realidad y esquinado en la violencia callejera. «Hacéis bien en apretar», les dijo a los «demócratas» que forman las filas de los CDR para pedir luego la mediación de los líderes mundiales incluidos Donald Trump y Francisco, que son los que mandan en lo material y lo espiritual bajo la bóveda celeste. Ya saben, hay que poner una vela a Dios y otra al diablo, que nunca se sabe cuándo se puede necesitar a cada cual. Es decir, como los monarcas de la Edad Media, le ha pedido respaldo al Papa para que justifique lo que no le han dado los votos ni la violencia callejera. La presidenta andaluza, que le llamó «hooligan», se ha sumado por su parte al independentismo local y es que Andalucía esta semana cuenta con ocho nuevos municipios, unos pueblos que se han liberado del yugo de sus vecinos de toda la vida. Pudo Susana Díaz haberle hecho el favor al presidente catalán y mediar ante su santidad, porque ha pasado estos días por tierras pontificias donde aún se pueden ver tiaras y flabelos. «Esta es la lucha de un pueblo entero por alcanzar su autonomía», aseguró cual libertador ante los vecinos de El Palmar de Troya, que están curados de espantos y milagros, porque desde 1968 tienen allí el tocomocho de los Carmelitas de la Santa Faz, que son como los CDR pero dedicados a la liturgia preconciliar con intrigas sexuales entre rosario y rosario. A la altura de las pretensiones del líder catalán, Pedro III le viene que ni anillo al dedo como respaldo espiritual. Por independizarse, como han hecho los palmarianos de Utrera, que no quede, y para luchar contra la tiranía de tus propios vecinos tampoco. Tanto Torra como Díaz, adalides de la libertad de las comunidades oprimidas, deberían recordar las palabras de Simón Bolívar, espejo de libertadores: «De lo heroico a lo ridículo no hay más que un paso».
La maldita calma chicha
Para que el tema de las elecciones sea una conspiración creada por los partidos de la oposición, que llevan un año de campaña electoral, según el portavoz Juan Carlos Blanco, en el seno de la propia Administración regional se sufre como les pasaba a los marineros en el Mar de los Sargazos, que es una zona en medio del Atlántico conocida como cementerio de barcos. Los que están en el interior de la nave aseguran que ya hace semanas que se dio la orden de levantar el pie del acelerador hasta que se escuche el cornetín que precede a la carga. «No se mueve un papel» se ha convertido en el mantra que sale del altavoz del teléfono cada vez que se pregunta por una gestión. Las esperas dan para pensar mucho, la falta de actividad es como la cárcel, aunque siempre es mejor ver desde la ventana cómo tu enemigo se afana en buscar un hueco por el que meter el fusil, pero lo peor es cuando se tiene la bomba dentro y el tic-tac en la cabeza: inestabilidad, inseguridad financiera, desaceleración... Los empresarios siempre son los primeros en encender los faroles cuando llega la noche. A Juan Marín y Juanma Moreno la fecha del 25 de noviembre se les ha quedado caduca, ahora se habla de los primeros días de diciembre y se les acaban los argumentos. Olvidan que Susana Díaz es especialista en carreras de fondo y seguro que conoce el clásico proverbio chino: «Si quieres ir rápido ve sólo, pero si quieres ir lejos ve acompañado». El momento es mucho más crucial para los socialistas de lo que parece, porque si el Gobierno de Sánchez cae, todo lo ganado en los últimos meses por el PSOE se irá por el sumidero de la nada y ese golpetazo se puede sentir en Andalucía, donde existe un amplio descontento con la gestión realizada desde La Moncloa. La decisión de convocar depende mucho del sostén de Madrid, que puede convertir a Susana Díaz en la primera víctima del «sanchismo» o en la salvadora de un PSOE en retirada. La cuestión es decidir si hacer el viaje por uno mismo o acompañado, si es mejor empujar desde la independencia o bajo el abrigo de tus iguales.
En esas estamos.
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