Andalucía

De paseo con el animalario

La Razón
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A falta de proyectos de ley que faciliten las vidas de los andaluces –«lavorare stanca»: no se imaginan cuánto-, el gobierno autonómico se está acostumbrando, en su lugar, a emitir vídeos de condición y pelaje diversos. Si la vez anterior fue uno que difundía una campaña en favor de los dialectos de la región, en esta ocasión a los próceres autonómicos se les ha ocurrido sacar a pasear a la calle el fabulario completo de Félix María de Samaniego. Búhos, buitres, cerdos, gallos, gorriones y pulpos son para el Instituto Andaluz de la Mujer los seis modelos de acosadores masculinos que importunan cotidianamente las vidas de las mujeres. El búho «no quita ojo», el buitre «está al acecho», el cerdo «grita barbaridades», el gallito «dice piropos», el gorrión «reclama tu atención silbando», en tanto que el pulpo «se pega cada vez que puede». En estos tiempos de demanda de participación y de mociones refrendadas en referendos, al citado chiringuito femenil quizá se le haya olvidado lo más importante, preguntar a las mujeres. ¿Todas están entonces de acuerdo en observar signos de acoso en una mirada o en un piropo? Un servidor ha escuchado a interlocutoras que apenas han cruzado la cuarentena lamentar su repentina invisibilidad en sus rondas callejeras, algo que atribuyen irremediablemente al cumplimiento de los años. Algunas mujeres, parece evidente, prefieren ser visibles y ser miradas por ojos que transmitan acaso un cierto deseo. ¿No son mujeres dignas para ese clan de mujeres o quizá sean mujeres que no han aprendido en las madrasas apropiadas? No seas animal, reza el lema de la campaña de la Junta, como si el ser humano no fuera más que eso, un animal con capacidad de reír, de soñar y de amar. ¿O es que tampoco sirve ya la evolución de Darwin?