Marbella
Detienen en Málaga a 39 personas que explotaban a paquistaníes en bares
La Policía Nacional ha desarticulado una red que explotaba a ciudadanos paquistaníes en restaurantes de Málaga con jornadas de hasta doce diarias, y salarios que oscilaban entre los 400 y 500 euros que no declaraban, en una operación en la que han sido detenidas un total de 39 personas acusadas de delitos de falsedad documental, contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, contra los derechos de los trabajadores y delitos contra la Hacienda Pública y la Seguridad Social.
Los dirigentes de la red, dos hermanos de origen paquistaní, captaban a compatriotas a los que sometían a duras condiciones laborales en los establecimientos, y también organizaban matrimonios de conveniencia con españolas para que lograran el permiso de residencia, según informó ayer el subdelegado del Gobierno en Málaga, Miguel Briones. A cambio de estos enlaces les exigían un pago que oscilaba entre 8.000 y 10.000 euros.
Un individuo angoleño era el encargado de captar a mujeres con graves problemas económicos para que se inscribieran como parejas de hecho a cambio de dinero, las cuales recibían una media de 2.000 euros por esta gestión.
Los líderes de la red también realizaban contratos falsos como empleados de hogar para obtener prestaciones sociales o regularizar la situación administrativa de compatriotas, para lo que contaban con la colaboración de una gestoría de de la localidad malagueña de Fuengirola, en la que realizaban altas y bajas fraudulentas de los trabajadores.
Además de los arrestos, practicados en Málaga, Fuengirola, Marbella, Mijas-Costa, Torremolinos y Coín, los agentes realizaron un total de doce registros en restaurantes y domicilios de los investigados, en los que se intervino más de 170.000 euros y un vehículo de alta gama valorado en 40.000 euros. De igual modo, se ordenó el bloqueo judicial de más de 160.000 euros en cuentas corrientes, así como cerca de 900.000 euros en inmuebles.
DENUNCIA DE UN TRABAJADOR
La operación, denominada «Shamak», parte de la denuncia interpuesta por un trabajador de un establecimiento de comida paquistaní, que comunicó a la Policía las condiciones en las que, tanto él como cinco compatriotas, trabajaban en el local.
Según su relato, el propietario del restaurante y su hermano se encargaban de «aleccionar» a los trabajadores para que, si se producía una inspección, se identificaran con documentación de otras personas en situación regular y dadas de alta en la Seguridad Social.
La denuncia, advirtió además de que los empleados eran sometidos a jornadas «maratonianas» de hasta 12 horas diarias, sin que mediara «descanso semanal y cobrando un salario que oscilaba entre 400 y 500 euros que no declaraban».
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