Sevilla

«Díaz se engaña a sí misma si mide el estado del PSOE-A por los congresos provinciales»

Existe contestación interna y los «sanchistas» avisan: «No le conviene una guerra intestina si quiere mantener San Telmo»

Susana Díaz, en el centro junto a Pedro Sánchez, en el último congreso del PSOE andaluz
Susana Díaz, en el centro junto a Pedro Sánchez, en el último congreso del PSOE andaluzlarazon

Alcaldes planean dejarle claro que entre sus municipios y el partido elegirán a los primeros

«En la federación andaluza del PSOE no es oro todo lo que reluce». «Puede ser peligroso seguir jugando a ser pirómanos de la paciencia ajena». Hablan socialistas afines al secretario general del partido, Pedro Sánchez, quienes no comparten del todo la lectura que se ha hecho de una realidad incontestable: los candidatos de la líder de los socialistas andaluces y presidenta de la Junta, Susana Díaz, han ganado la batalla por el control de los «aparatos» territoriales del partido en la comunidad, una pelea que en seis de las ocho provincias concluyó antes de la batalla final, puesto que los «sanchistas» sólo lograron en Almería y en Málaga los avales necesarios para que ambos bandos se enfrentaran en unas primarias. Y ésa, la recogida de apoyos, es una de las razones a las que apuntan para afirmar que «el dibujo que han mostrado los procesos congresuales provinciales es cierto pero no completo».

«Tuvimos muchos hándicaps», dicen, sobre todo, que se les exigiera «un 20 por ciento respecto al censo del 100 por 100, pese a que en el 39 Congreso Federal se marcó que fuera un 3, y teniendo en cuenta que la participación en esas citas internas nunca supera el 80 por ciento a la hora de votar». Un listón a superar «sin contar con ‘aparatos’ locales ni con la red clientelar que manejan presidentes de diputaciones, como eran muchos de los candidatos oficialistas, o simplemente los afines a quien manda en la Junta», argumentan. Justificaciones al margen, diversas fuentes consultadas insisten en una idea: «Díaz se engaña a sí misma si mide el estado de la organización por lo que ha pasado en los congresos provinciales». Persisten en la existencia de una «masa crítica» en la federación más numerosa del PSOE que supone en torno a un tercio de la misma –en las primarias que devolvieron a Sánchez a Ferraz, éste recabó un respaldo de casi un 32% en la comunidad y Patxi López de más del 5–. Un bloque que «no seguirá a ciegas» a la máxima dirigente del Gobierno regional y que, sobre todo, «no se ha esfumado», aunque el tiempo haya podido adormecer sus hilos.

Los «sanchistas» tienen puestas sus esperanzas ahora en los congresos locales que calculan se pondrán en marcha «en torno a noviembre» y con un doble objetivo: mejorar hacia dentro los datos en ese pulso orgánico entre ambos sectores, y conseguir hacia afuera que en las próximas elecciones municipales, que tocan en 2019, «todas las alcaldías que gane el PSOE no sean monocolor ‘susanista’».

Antes, en la agenda política de este otoño ya está marcado en rojo octubre. La causa es que desde la dirección del PSOE andaluz se anunció para este mes la celebración, aún sin fecha concreta, de una cumbre política en el municipio malagueño de Antequera, punto clave del proceso autonómico, para que los alcaldes cogieran la bandera de la igualdad en el escenario de conflicto territorial que atraviesa el país. LA RAZÓN ha podido saber que regidores «sanchistas» barajan hacer probar en ella a la presidenta del Ejecutivo autonómico «de su propia medicina» con alguna iniciativa del tipo pedir hacer uso del turno de palabra para plantearle que «no les haga elegir entre su pueblo y el PSOE-A» porque siempre optarán por sus municipios –Díaz formuló a Sánchez la misma disyuntiva en el último congreso regional de Sevilla pero entre Junta y partido–.

Las fuentes consultadas mantienen que a Díaz «no le conviene una guerra intestina dentro» porque «tiene que convocar las elecciones autonómicas antes que las municipales y le interesa que se movilice todo el PSOE, si quiere mantener San Telmo». «No vaya a ser que no le salgan los números», disparan sin blanco concreto.

Otro dato a tener en cuenta en el dibujo de situación es que las plataformas que contribuyeron a devolver Ferraz a Sánchez se han reactivado recientemente. Lo hicieron para afear al Grupo Parlamentario Socialista que se alineara con Ciudadanos (Cs) y votara en la Cámara andaluza a favor de una declaración institucional de respaldo al Gobierno de España en relación al órdago secesionista en Cataluña en la que no se hacía ninguna mención al diálogo, en contra de la directriz marcada por Ferraz. Las plataformas reprocharon al partido que no hubiera sido «solidario y corresponsable con las decisiones» del secretario general. «Pareciera que la presidenta de Andalucía sigue teniendo aspiraciones fuera de nuestra tierra, por lo que le pedimos que se centre en nuestros problemas para que la ciudadanía andaluza perciba que el PSOE es el partido que lucha por ella», se deslizaba en un escrito que hicieron llegar a los medios, volviendo a poner el foco en el enervador afán que se ha hilvanado a Díaz en los últimos años. Fuentes de esas plataformas anotan que puede que no sea la última vez que articulen esa contestación interna. «Permaneceremos vigilantes para que se cumpla lo que se fijó en el 39 Congreso también en Andalucía, lo que decidió el 70 por ciento de la militancia. Y, cuando no sea así, buscaremos la forma de expresarlo», dejan claro a este diario.

Del otro lado han sido rotundos: el congreso regional y los provinciales han servido para que el partido salga «más fuerte y cohesionado» en torno a su líder: Susana Díaz. El tiempo dirá.