Melilla
El Canijo, por estimular una maldad práctica y andaluza
Chirigotero e ingeniero informático, sacude el desdén y el conformismo mientras avanza en el concurso del Falla con «Contigo aprendí»
Es oriundo del sevillano Parque Alcosa, el único barrio con aeropuerto. Pero le completaron el apodo por ir a buscar novia a Carmona, a lo Belmonte, quien naciendo en la calle Feria fue Pasmo y de Triana. El Canijo de Carmona. Lo del Canijo, igual que lo del Pasmo, no llama a la confusión.
Es oriundo del sevillano Parque Alcosa, el único barrio con aeropuerto. Pero le completaron el apodo por ir a buscar novia a Carmona, a lo Belmonte, quien naciendo en la calle Feria fue Pasmo y de Triana. El Canijo de Carmona. Lo del Canijo, igual que lo del Pasmo, no llama a la confusión. Sube al coche con unos vaqueros gastados y una trenca negra que lo rodea como una gran carpa de circo. Tiene un brillo azul en los ojos, un poco apagado, y la barba recién levantada, de pescadero en mercado de abastos. Anoche hubo ensayo de su chirigota hasta las 2. «Peor que la gordura es la edad, quedarse sin pelo y que tus hijas te lo recuerden cada día», dice sentado en el asiento del copiloto, a las puertas de la residencia militar de Cortadura, zona gaditana donde duerme –a buen precio– los viernes y sábados mientras hay tareas de carnaval. Creo que era Lenny Bruce el que decía que en Manhattan era más fácil morirse que encontrar aparcamiento; algún chirigotero también ironizó con el anuncio de BMW: «¿Te gusta conducir? No, picha, a mí lo que me gusta es aparcar». A la búsqueda de una conversación de café, incluso el bar del tanatorio (de gran éxito entre los carnavaleros como «drugstore», porque ofrece comida y bocadillos a deshoras) se descarta.
En el coche, El Canijo nos cuenta que estudió ingeniería informática y después de recorrer un pedazo del mundo, llegó a la función pública. «En política rige el principio de Peter: si tienes algún éxito técnico, asciendes y ya alcanzas un inoperante nivel de competencia. Hace años que propuse indagar en las posibilidades del voto telemático, a través de la red. Se descartó porque favorecía a otras formaciones y no a la que manda». Empezó a estudiar su especialidad en tiempos del Zx Spectrum, aquel proto-ordenador personal de mitad de los ochenta, que se enchufaba a la televisión y cuyos juegos piratas se cargaban, al margen de la ley, en cintas de cassette compradas en tenderetes de la Alameda de Hércules. «Fueron los primeros manteros, con su mesa plegable y el compromiso de cambiar el producto al domingo siguiente», comenta con súbita nostalgia.
El Canijo está al frente de una chirigota, donde «se buscan las papas» cuatro parados y tres estudiantes. «Andalucía sirve como figurante, para apoyar en los partidos de España, para celebrar la Expo. Tenemos el privilegio del clima. Pero nos falta maldad, ser más 'hijoputas'. A mí la hospitalidad me parece bien, siempre que antes nos hayamos ocupado de vender el producto». Él mantiene su puesto de funcionario y lo completa con el pluriempleo, con colaboraciones en la radio, en guiones para televisión o en lo que da de sí el mercado chirigotero, que advierte, «no es algo seguro, estable». Hace la lista de los lugares de España donde su chirigota no ha actuado (Melilla, Salamanca, Segovia, Baleares y Guadalajara) y recuerda el «tour» en Montevideo: «El carnaval uruguayo tiene su semilla en una comparsa llamada La Gaditana, un grupo que, al quedarse sin dinero, se empleó en actuar para poder volver a España y prendió la mecha. Los periódicos uruguayos hablan de los fichajes entre las murgas como aquí nosotros lo hacemos de los futbolistas». El autor desvela algún secreto: sus fuentes son el cine, internet y la observación: «Me encanta viajar. Nueva York es la 'demo' de mundo y, una vez allí, cuando llevo varios días, empiezo a soñar en inglés. En Orlando, visité Disney World, que es un país dentro de un país y luego hice 'Las muchachas del congelao', sobre Walt Disney y sus heroínas: Blancanieves, Pocahontas, Cenicienta... También pido ayuda a los compañeros: tormentas de ideas, donde pregunto qué tema les interesa, de qué se está hablando en los bares... Hemos sido criticados por el uso de 'nuestros tipos': son elaborados y más complejos. Pero, pienso que yendo de espermatozoide o de bolígrafo de varios colores, puedo ofrecer una nueva perspectiva distinta para sacarle partido a la realidad».
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