Cádiz

El disfraz «transparente» de la edil de Transparencia de Podemos en Cádiz

Eligió vestirse de la diosa Gades, con un traje ajustado que emulaba a su piel desnuda

María Romay, concejal de Transparecia
María Romay, concejal de Transparecialarazon

La noche prometía. El carnaval gaditano estaba llegando a su punto álgido. El abarrotado Gran Teatro Falla se preparaba para la final del Carnaval, una cita interminable que nunca deja a nadie indiferente.

La noche prometía. El carnaval gaditano estaba llegando a su punto álgido. El abarrotado Gran Teatro Falla se preparaba para la final del Carnaval, una cita interminable que nunca deja a nadie indiferente. A la cita no podían faltar los lídedes politicos locales. El alcalde José María González "Kichi"apareció disfrazado de senador romano -de la comparsa de Paco Alba 'Los senadores romanos' de 1968-, que según confesó el Twitter era un homenaje al Brujo, padre y maestro de la comparsa, cuyo centenario se celebra este año.

Pero el homenaje de "Kichi"quedó eclipsado por una de sus compañeras del gobierno municipal. Así, María Romay, la octava teniente alcalde del Ayuntamiento y concejal de Transparencia, Participación ciuidadana y Fiestas, llegó con un disfraz "transparente", que dejaba poco a la imaginación.

El atuendo "transparente"de la concejal "del ramo"no dejó indiferente a nadie. Menos aún después de la polémica que ha rodeado el carnaval de este año en el que ha habido acusaciones sobre un presunto intento de limitar la libertad de expresión. El alcalde, indicó que “creo que en un momento de su historia, durante el Franquismo, el Carnaval de Cádiz tuvo censura y ya no va a volver a tenerla. Es la fiesta de la libertad, de la libertad de expresión, de la democracia, del pueblo, que lógicamente tiene que tener un mínimo de respeto. A mí en mi casa me han enseñado que mi libertad acaba donde empieza la del otro. Eso sí, estoy convencido también que es un debate que nos ayuda a ponernos a nosotros mismos delante del espejo y crecer. Yo tengo mi propia teoría, hay un elemento, más allá de la libertad de expresión, y que es muy clásico de nuestro Carnaval, que es el doble sentido. Y creo que eso debe fomentarse. Para mí el humor siempre debe ser ascendente y transversal, jamás debe ser descendente”. Incluso puso un ejemplo con este debate. “La chirigota del Canijo, que lleva un tipo con estereotipos de la raza gitana, pues se ha reunido con una asociación, le ha enseñado su libreto y les ha preguntado, qué os parece, cómo puedo mejorar, eso me parece maravilloso. Eso no se llama censura, se llama respeto. Creo que marca una estela a seguir”. De hecho, se refirió a Romay y dijo que "con esa alegoría de la Diosa Gades ha dado un pelotazo".

Pelotazo o no, Romay ha conseguido que se hable más de ella que de la chirigota "No tenemos el Congo", vencedora del certamen.