«El fallo demuestra que salvar vidas no es delito»

«Desde el 14 de enero de 2016 al 7 de mayo han pasado más de 800 días en los que sobre nosotros pesaba una condena virtual por un delito en grado de tentativa de tráfico de personas, nada más alejado de nuestra realidad. Lo único que hicimos fue ir a un lugar donde personas, hombres, mujeres y niños morían ahogados al intentar escapar de problemas de la guerra, de la extrema pobreza y por eso fuimos nosotros. No queremos que se olvide eso», señaló el bombero Manuel Blanco, junto a sus compañeros Julio Latorre y José Enrique Rodríguez, recibidos entre pancartas y gritos de «salvar vidas no es delito» por más de un centenar de personas, entre familiares y compañeros de profesión, al punto de que algún usuario del AVE llegó a preguntar: «¿Viene algún futbolista importante?». «Los héroes de Lesbos» regresaban a casa tras ser absueltos el pasado lunes por tráfico de personas cuando realizaban labores de rescate humanitario. «Ahora mismo estamos aquí llenos de alegría, estamos muy contentos pero el motivo por el que fuimos sigue existiendo. Queremos decir que seguimos condenados a salvar vidas, queremos seguir siendo las manos en el mar de todas aquellas personas que quieren ayudar y evitar que sigan muriendo personas cuando huyen», insistió Manuel Blanco.

«La familia nos ha acompañado, ha venido con nosotros y agradecemos el apoyo, han estado siempre a nuestro lado el Gobierno de España, que a través de su cónsul en el juicio fue una presencia con bastante potencia; la consejera de Justicia, que hizo unas declaraciones también a nuestro favor en el juicio que fueron clave; la delegación del Parlamento de Andalucía; los representantes del Ayuntamiento de Sevilla; y tantas y tantas personas que de manera anónima nos han mandado su abrazo a través de las redes sociales y nos ha llegado esa energía de cara al juicio que finalmente se ha resuelto satisfactoriamente», indicó Blanco. «Y no olvidemos que si bien Manuel, Julio y Quique hemos salido, esta sentencia viene bien no sólo para nosotros porque se estaba juzgando a personas que ayudaban, se intentaba penalizar la solidaridad, se intentaba criminalizar la ayuda humanitaria y esta sentencia demuestra que salvar vidas no es delito», finalizó.

Como «agridulce» definió Quique Rodríguez sus sensaciones al «volver allí» y ver que «el problema continúa, siguen llegando personas, descansamos nosotros pero el problema que nos llevó allí a nosotros continúa». «Esto ha sido un mal bache, ya está superado y a liarnos otra vez la manta a la cabeza», describió Julio Latorre. «La idea es volver. Mientras siga el problema, estaremos. Creamos esto como una herramienta de profesionales para que quien tuviese problemas, pueda solucionarlos», señaló Manuel Blanco. «Hay que tener en cuenta que hablamos de los problemas que causa la inmigración pero si apuntamos el foco al origen que hace que las personas salgan, quizás todo nos iría un poquito mejor», reclamaron.