Sevilla
«El flamenco te conecta con el universo»
Entrevista con el cantaor Ezequiel Benítez. Cantes de flamencos olvidados para un artista que alcanza la madurez
Entrevista con el cantaor Ezequiel Benítez. Cantes de flamencos olvidados para un artista que alcanza la madurez
Ocho años de silencio provocan un disco de voces antiguas, raras en el flamenco de hoy, con las que homenajear a los cantaores de los que nadie se acuerda. Ezequiel Benítez (Jerez, 1979) rastrea en formas arcaicas recuperadas con las que inicia una trilogía que seguirá este camino personal de entender el cante. La primera entrega se llama «Quimeras del tiempo», trabajo que presenta el próximo día 21 en la Bienal de Sevilla.
–¿Ocho años para encontrarse?
–Pues sí, porque éste es un disco basado en mi tradición, mis vivencias, como homenaje a los cantaores olvidados. Por eso creo que he vuelto más ortodoxo y verdadero, creo que se necesitaba un disco como éste, grabado en directo, tal como lo siente el cantaor. Pienso que un joven haga este tipo de trabajos es muy interesante.
–Sobre todo cuando ahora todo el mundo habla de eso que se llama fusión. ¿Por qué se ha acordado de ésos a los que llama «olvidados»?
–Bueno, porque vivieron una época donde todo era de transmisión oral, haciendo cosas que tienen muy poco que ver con lo que se canta actualmente. Hoy el flamenco, que está en pleno ascenso, cuenta con sonidos que se meten muy bien por el oído, muy fácilmente; pero el ortodoxo está desaparecido prácticamente. No he grabado este disco con pretensiones económicas, sino con la verdad de cantar lo que siempre he escuchado, con lo que me han enseñado en mi casa.
–¿De dónde salen estos cantes?
–Se hacen cinco homenajes: al Chozas, a La Bolola, a El Chaqueta, Aurelio y a Pepe Pinto; podrían haber sido otros, pero son partes de la banda sonora de mi juventud. Tenemos pensados dos trabajos más en los que recuperar cantes y cantaores, pero siempre aportando mi sello.
–¿Ha sido fácil acercarse a este mundo?
–En realidad ha sido volver a mi infancia, cuando a mi casa venían cantaores para que mi padre les enseñara. No sé, ¿cómo decirlo?, mi padre es una especie de gurú que ha ayudado a mucha gente. Ha sido algo natural y para mí no es más que el sonido de la verdad. Cuando canto flamenco, siempre suena a verdad porque no lo canto para ganar dinero, me lo he encontrado en mi vida.
–Es lo mismo que les pasa a los que no saben de flamenco, que no lo entienden pero que sin embargo se emocionan al escucharlo.
–Porque el flamenco está conectado con el universo, lleno de mensajes musicales, de letras... Tiene unos sonidos escondidos difíciles de explicar, que llevan hasta la emoción, por lo que hay que estar muy dentro para comprenderlo.
–¿Y este disco es fácil?
–No, he trabajado mucho, porque el flamenco es la música más difícil que existe...
–Pero se ha banalizado mucho en los últimos años.
–Bueno, bueno, desde hace unos años con esto de la crisis han aparecido un elenco nuevo de cantaores o de gente que quiere cantar, lo que no quiere decir que sean flamencos, que lo están intentado. Hoy en día se escucha de todo, pero lo que no me gusta es que se engañe a la gente que viene de fuera o que simplemente quiere escuchar y que se encuentran con alguien que lleva dos años cantando.
–¿Su disco se podría haber grabado en otro sitio que no fuera Jerez?
–Sí, ¿por qué no? Creo que la verdad produce resultados en cualquier lugar del mundo, la gente eso lo capta.
–Se lo digo porque en Jerez hay un magnetismo especial.
–Es una cantera inacabable de guitarristas, cantaores, bailaores, en otro sitio nacen tres y aquí cien. No se riñe la cantidad con la calidad, pero es así.
–Y tiene un swing que en Santiago se llama soniquete...
–Eso es algo único e incomparable.
–¿Qué queda de aquel Ezequiel Benítez que empezó hace más de 20 años?
–Pocas cosas, ya pasó. Creo que tengo una trayectoria consolidada con varios premios nacionales e internacionales, he recorrido muchos teatros del mundo, qué se puede pedir. Ahora lo que hago es escuchar a mi cantaor interior intentando ser menos mecánico para encontrarme conmigo mismo. Ése es el nuevo Ezequiel.
–¿Le dice muchas cosas ese nuevo cantaor?
–Me dice mucha verdad, porque todas las letras que canto son compuestas por mi padre o por mí. Intento cantar cosas de verdad, que son mías, además he sufrido y ya no soy el niño de antes, ahora quiero contar cosas.
–Pero cada vez que se domina más la técnica se sufre más.
–Sí, porque soy muy exigente conmigo mismo, le dedico mi vida a esto porque quiero dar lo mejor a todo el mundo. Quiero pasar por esta vida con gente que me recuerde como alguien que ha tratado de hacer las cosas bien. Me gustaría encontrarme mejor, cada día más, porque pienso que la gente lo aprecia aunque no lo entienda. Puede que no te guste el flamenco, pero sí lo que yo hago y eso me pasa a menudo. Es algo precioso.
–Ahora vuelve a la Bienal.
–Llego con mi espectáculo para que el público se encuentre con el nuevo Ezequiel que quiero que vean.
–¿Habrá alguna sorpresa en San Luis de los Franceses?
–Siempre hay una sorpresa en mis conciertos.
–Va a comenzar próximamente una gira por América. ¿El flamenco se entiende allí?
–Muchísimo, porque hay inmigrantes españoles y extranjeros que están enamorados de nuestra cultura. Sólo hay que ver cómo se llenan las grandes citas en nuestro país.
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