Política

Andalucía

El gasto medio por alumno de educación especial bajó un 18 por ciento en un lustro

El ente fiscalizador alerta de que las asociaciones se ven obligadas a compensar la falta de recursos públicos

Los alumnos con necesidades educativas especiales siguen necesitando más recursos por parte de la Junta / Foto: Manuel Olmedo
Los alumnos con necesidades educativas especiales siguen necesitando más recursos por parte de la Junta / Foto: Manuel Olmedolarazon

La Cámara de Cuentas de Andalucía señala un problema que vienen denunciando desde hace tiempo los padres de los alumnos con necesidades educativas especiales: la escasa dotación económica de la Junta para atender al colectivo. Según el informe de fiscalización del programa presupuestario de educación especial correspondiente al año 2016, desde el año 2012 hasta el mismo 2016 el gasto medio por alumno bajó un 18 por ciento, mientras que el alumnado creció un 39 por ciento. La partida pasó de 4.576 euros por alumno en 2013 a 3.745, todo ello frente al aumento del gasto presupuestario ejecutado, cifrado en un 14,5 por ciento. Tal y como señala el documento, los recursos financieros para esos cuatro años ascendieron a 1.635 millones de euros.

Con todo, la dotación económica resulta insuficiente. Tanto que, según el informe, las asociaciones vinculadas al colectivo tienen que destinar fondos para complementar los de la administración en forma de ayudas monetarias, apoyo educativo y atención a la familia, entre otros aspectos.

El número de alumnos pasó de los 81.343 en 2012 a un total de 100.027 en 2016, todo ello frente a un incremento muy leve del número de centros con unidades de educación especial: de 2.928 a 2.944 centros públicos. La cifra de centros concertados permanece invariable: 415.

El número de alumnos medio por centro es inferior a los máximos previstos en las instrucciones anuales de escolarización, por lo que la Cámara considera suficiente este recurso docente.

No obstante, el número de profesores de pedagogía terapéutica y de audición y lenguaje bajaron un 0,2 por ciento en los centros concertados y aumentaron un 7,3 por ciento en los públicos, mientras que crecieron los alumnos demandantes un 28 por ciento y un 22 por ciento en ese tipo de centros, respectivamente.

Igualmente, el informe pone de manifiesto que el número de monitores de educación especial de los centros docentes públicos aumentó en menor proporción que el de alumnos que necesitan este recurso. En cambio, las becas y ayudas crecieron en cuanto al número de beneficiarios e importes concedidos.

Sobre el nivel de progresión de los alumnos con necesidades educativas especiales, el informe confirma que aumentaron los que obtienen la titulación de la ESO hasta alcanzar el 70 por ciento del total de los matriculados en cuarto de la ESO.

Monitor compartido, la solución parte del problema

Cada curso se suceden los problemas por la falta de monitores de educación especial en las aulas. Son los padres y madres quienes lideran la reivindicación de un derecho que tienen sus hijos y que los centros ven negado en numerosas ocasiones. Este diario exponía hace poco la situación de un colegio de Los Palacios y Villafranca. Los padres sólo han obtenido como respuesta la opción de compartir un monitor con otro centro a partir de octubre, tres semanas después de arrancar el curso. Una solución parcial para menores que requieren atención durante toda la jornada.