Andalucía
El ladrillo se recupera, pero lejos de los niveles de la burbuja inmobiliaria
La compraventa de inmuebles en mayo es la mitad que en el mismo año de 2007. Gana protagonismo la vivienda usada, que pasa del 50 por ciento a más del 80 por ciento de las operaciones
El sector de la construcción es el que ha sufrido con más virulencia los efectos de la crisis económica. Se ha notado en Andalucía y en todo el mundo porque la burbuja que acabó de explotar en el año 2008 fue eminentemente inmobiliaria, enraizada en las hipotecas «subprime». No obstante, la tendencia ha cambiado. El paro mantiene un ritmo de bajada que se remonta a los tres últimos años, el Producto Interior Bruto tanto de la región como de España se mueve en un entorno estable que ronda el 3 por ciento y el ladrillo se está recuperando. Pero aunque en algunos círculos se hable de una segunda burbuja de la construcción, lo cierto es que esta recuperación presenta datos que distan mucho de los años previos al estallido de la crisis. La compraventa de viviendas aumentó en mayo casi un 26 por ciento en relación con el mismo mes del año anterior, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Aún así, el volumen global es la mitad que en mayo de 2007, justo antes de que se derrumbara un mercado que parecía no alcanzar nunca su techo de cristal.
Concretamente, atendiendo a los datos de la Estadística de Transmisiones de Derecho de la Propiedad del INE, la compraventa de vivendas se elevó a 8.685 en mayo, el último mes del que hay registros. El avance que se ha producido es sustancial si tomamos como referencia este mes de los últimos años. En mayo de 2013 el número de operaciones se elevó a 5.205, escaló hasta las 5.648 el año siguiente. Y siguió creciendo hasta las 6.167 en 2015 y las 6.901 en 2016. No obstante, la referencia de 2007 sigue siendo apubullante, con un mayo que concentró, según el mismo registro del Instituto Nacional de Estadística, un total de 16.276 operaciones de compraventa en la comunidad andaluza.
Hay un dato que, igualmente, merece la atención por los cambios que ha sufrido en estos últimos años. Es el relativo al porcentaje de vivienda nueva y usada de estas transacciones. El pasado mes de mayo, casi el 84 por ciento de las operaciones fueron de vivienda usada, con un total de 7.260 acuerdos de compraventa. La transacción de vivienda nueva se redujo por tanto al 16,40 por ciento.
Este reparto no siempre ha sido así. Si nos vamos a mayo de 2007, antes de la crisis económica, el volumen de compraventa de vivienda nueva se movía en el entorno del 50 por ciento. Concretamente ese mes fue del 48 por ciento. Esta tendencia se ha ido reduciendo hasta estrecharse de manera muy significativa. Tal es así que en mayo de 2015 la vivienda nueva representó el 26,7 por ciento de las operaciones, en 2016 bajó hasta el 19,48 por ciento y ahora ha tocado suelo con apenas el 16,40 por ciento del volumen global. La causa principal que explica este comportamiento, según aseguran a este periódico fuentes del sector, es el apalancamiento que aún existe de inmuebles de nueva construcción y que están esperando comprador. Rondan el medio millón en España. Además, según abundan las mismas fuentes, la vivienda nueva se resiste a una bajada pareja a la que han experimentado los inmuebles de segunda mano.
Este escenario tiene una repercusión que se nota también en el comportamiento de los ingresos tributarios de la comunidad. El impuesto de Transmisiones Patrimoniales, que es el que se abona en el caso de la enajenación de un inmueble de segunda mano –si es primera adquisición se paga el Impuesto de Valor Añadido (IVA), ha subido un 9,61 por ciento en los seis primeros meses del año. Concretamente, hasta junio ascendió, según la recaudación tributaria de la Junta, a los 461,9 millones de euros, frente a los 421 del acumulado de junio de 2016. Éste es un dato al alza, como muchos otros que han acompañado al comportamiento del sector inmobiliario en los últimos meses: el número de hipotecas sobre viviendas subió un 13,6 por ciento en mayo en Andalucía, los visados de obra nueva para uso residencial también se dispararon un 65 por ciento en los cinco primeros meses del año... Pero lo cierto es que la saturación del mercado impide unas cifras como las que se produjeron justo antes del estallido de la crisis económica.
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