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«El que se reúna con C’s demostrará que va por libre y que es incoherente»
Entrevista a Antonio Jesús Ruiz, secretario general del PA.
¿El 12 de septiembre desaparecerá el PA de la faz política andaluza?
–Ese día se planteará en una ponencia que no se presente a más elecciones. No será un congreso de disolución. En él se decidirá, si lo delegados así lo aprueban, que el PA no sea una marca electoral pero que siga vivo administrativamente para darle cobertura a los más de 300 concejales que tenemos. Creo que es lo que quiere la mayoría, incluso los históricos que pidieron su disolución y con los que hemos acercado posturas.
–¿El XVII congreso se celebrará en Málaga y estará abierto a los casi 3.700 militantes que tienen?
–Se hará en Málaga porque es un sitio accesible dentro de este gran país y una ciudad simbólica para nosotros, dado que nuestro primer congreso se dividió en dos partes y una fue allí. Y será abierto. Para participar los militantes sólo tendrán que comunicar que quieren ser delegados a través de un correo electrónico, el teléfono o de la plataforma en internet que crearemos para darse de alta.
–En el hecho de que no vayan a disolverse, ¿ha influido la deuda que tiene el PA? ¿A cuánto asciende y cómo se afrontará su pago?
–No. Tenemos una deuda con proveedores de unos 200.000 euros que pagaremos, como no podría ser de otra forma, y existe otra, bancaria, de unos 10 millones, pero que es histórica... Como el PA no morirá, sus cargos públicos seguirán aportando para saldarla, conforme a nuestros estatutos. Lo que más ha pesado para no disolver el partido es que, según la jurisprudencia existente, sus cargos quedarían como no adscritos y los grupos desaparecerían.
–Dice que el partido necesita un «golpe de efecto» que permita que nazca «algo nuevo». ¿Cómo debe ser el andalucismo moderno?
–Entendemos que después de 50 años de PA y de quedarnos fuera del Parlamento tres veces, hemos de buscar ese golpe de efecto para lograr nuestro objetivo que es que Andalucía sea un país de primera, que cuente en Europa. El PA fue una herramienta válida y el balance es positivo porque la autonomía como la entendemos se debe en gran medida a su existencia y al trabajo de los andalucistas en la Transición, pero hoy no lo es. Es preciso poner un punto y dejar un espacio para algo nuevo.
–Ya hay otros nuevas formaciones como Podemos que reivindican el legado de Blas Infante...
–Podemos es un partido de Madrid. No hablamos de sucursales madrileñas o de Barcelona, de partidos con un nombre seguido de una «A», sino de uno de estricta obediencia andaluza y cuyo sujeto, verbo y predicado estén aquí. El legado de Blas Infante político está en el PA, que no mira a Andalucía por interés electoral.
–Niega contactos para sumarse a C’s. ¿Está seguro de que ningún alcalde del PA los ha promovido?
–Ni el PA ni yo como su secretario general hemos mantenido un encuentro con C’s y si alguien lo hace «motu propio» demostrará dos cosas: que va por libre y que es un incoherente porque el andalucismo no tiene nada que ver con lo que proyecta C’s. Ya en la campaña electoral denunciamos que tiene un modelo territorial y de financiación perjudicial para Andalucía.
–¿Tampoco es cierto que se haya negociado con C’s ir en puestos de cabeza en las listas para las generales en todas las provincias?
–Insisto: si alguien se ha reunido con ellos lo ha hecho representándose a sí mismo y desconozco si el que pudiera tener enfrente representaba a Ciudadanos.
–¿No lo veremos en la lista de ningún otro partido?
–Si aparezco en alguna candidatura en el futuro será porque es nacionalista andaluza o andalucista. No estaré en ninguna de PP, PSOE, IU, Podemos o Ciudadanos.
–El PP ha criticado su fichaje como asesor en la Diputación de Cádiz, ¿ha sido el precio del PA para pactar con el PSOE?
–En política no dejo de asombrarme. En esa Diputación, donde gobernaba el PP hasta antes de ayer, había 13 asesores con sueldos más altos. Ahora no llegamos a 10 y de todos los partidos con representación: PSOE, PP, PA, IU y Podemos. Es normal que alguno sea del PA puesto que estamos en el Gobierno. No hay ningún precio. El PP busca una brújula para recuperar el norte y la confianza de los ciudadanos porque en Cádiz ha sido barrido de las alcaldías y en el resto de Andalucía, casi igual.
–Y el PA, ¿por qué no ha logrado convencer a los ciudadanos?
–No ocupamos la calle con las iniciativas que registrábamos en las instituciones como la renta social básica ni se ha visualizado que el PA luche por los autónomos o por cuestiones como la regeneración política. Donde lo hemos hecho, como en Barbate (Cádiz), con protestas semanales porque tienen un ambulatorio del tercer mundo, tenemos la Alcaldía. Es un ejemplo de por dónde deberá ir el andalucismo futuro. Hemos podido cometer errores, como quedarnos fuera de la reforma del Estatuto de 2007, pero no hemos metido la mano. En nuestras filas no tenemos casos de corrupción y, sin embargo, no nos votan. En cambio, al PSOE, con causas brutales como la de los ERE, o al PP; sí.
–¿Qué papel debe tener Andalucía en la reforma constitucional?
–Si no hay una fuerza política nacionalista andaluza o andalucista, quedará relegada a la segunda división. Ya al principio de la democracia PSOE y UCD pactaron dos niveles de autonomía: uno para el País Vasco, Cataluña y Galicia, y otro para el resto. En este momento oigo hablar mucho de Cataluña, empiezo a hacerlo del País Vasco, veo como Galicia articula un movimiento para estar presente en el Congreso y Andalucía volverá a tener diputados cuya prioridad serán sus respectivas fuerzas políticas y no esta tierra.
–¿No confía en que el Gobierno de Susana Díaz defienda los intereses de la comunidad?
–El Gobierno de Díaz mira por encima de todo por el interés del PSOE, como se ha demostrado. La propia presidenta, que ha sido diputada en el Congreso, le ha dado al «botoncito» conforme a las indicaciones de su jefe de filas.
–¿Se ha sentido alguna vez traicionado al frente del partido?
–No. Ha sido un orgullo ser el secretario general de casi 4.000 militantes, a los que agradezco su lucha. Sí he sentido la losa de volver al Parlamento. Era difícil. Los andalucistas ni somos poderosos ni tenemos altavoces mediáticos.
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