ERE

El reparto de sobres frente al Parlamento, cuestión incómoda para Griñán

El presidente andaluz, ayer en la Cámara autonómica
El presidente andaluz, ayer en la Cámara autonómicalarazon

El periodo de sesiones está en su recta final, antes de que la Cámara baje la persiana por vacaciones. Dentro de dos semanas, el debate sobre el estado de la comunidad; y raro es que se habilite algún Pleno extraordinario en julio y agosto. El PP, después de la veraniega comisión de investigación de los ERE del año pasado, que acabó sin acuerdo, sin dictamen y con bronca, ha quedado vacunado.

Ya se ha sobrepasado el año parlamentario –el discurso de investidura de Griñán fue el 2 de mayo de 2012– y en este tiempo ha abundado el debate de perfil bajo. La posibilidad real de que el PP accediera a la Junta, y el estallido del caso de los ERE, enfibró, como en ninguna otra legislatura anterior, las contiendas parlamentarias. Hubo algún choque bronco entre Griñán y Arenas, pero de género oratorio mayor.

Las tornas han cambiado. El PP está en un momento de «impasse». Ni siquiera se sabe si estas intervenciones de Zoido serán o no las últimas como jefe de filas de los populares. Los barones empujan para que el relevo se despeje. Griñán, por su parte, se ha almidonado una mayoría acorazada con Izquierda Unida. La crítica a la Junta ni existe en las intervenciones del portavoz parlamentario de Izquierda Unida, José Antonio Castro. Sólo la dura carga contra el PP y el Gobierno central.

Aunque los antecedentes quedan apuntados, de la sesión de ayer se esperaba más. Era la primera después de que se conociera el sumario sobre la investigación de las sobrecomisiones de los ERE. Zoido entró en harina al final de su segunda intervención. Le preguntó al presidente andaluz por la declaración de uno de los testaferros de la trama, que dijo a la Guardia Civil que había ejercido de correo llevando sobres con dinero al «conseguidor» Juan Lanzas en un bar junto a la Cámara autonómica. «Queremos saber la verdad sobre las afirmaciones de estas personas relacionadas con altos cargos de la Junta». «Queremos saber si el chófer –del ex director general de Trabajo Francisco Javier Guerrero– decía o no la verdad». Lo que dijo el chófer, Juan Francisco Trujillo, es que al menos en una ocasión Griñán llamó a Guerrero para desatascar los pagos pendientes del «fondo de reptiles». «Usted es una persona clave para brindar esa transparencia», señaló Zoido.

El presidente Griñán no entró en terreno de los ERE. Circundó el asunto y llegó directamente, por el camino de la transparencia que le demandaba el jefe de la oposición, a los gastos de representación que ha cobrado Zoido del PP.

El presidente andaluz le afeó que estos ingresos, aunque avalados por el secretario del Ayuntamiento hispalense, no aparezcan en la declaración de actividades, bienes e intereses de la Cámara. Mientras Griñán punzaba las críticas, Zoido, que tenía preparadas sus declaraciones de la renta, las esgrimía desde su escaño. Detrás del presidente andaluz, su «número dos» en el partido hacía los coros: «Bieeen, bieeen...».