Jerez de la Frontera

El vía crucis de Elías

Lanzan una campaña de recogida de firmas para apoyar a un médico que se vio obligado a retirar un crucifijo que mantenía en su consulta

La Razón
La RazónLa Razón

La polémica está servida. La Asociación Española de Abogados Cristianos ha lanzado una campaña de recogida de firmas a través de Change.org para apoyar a Elías, un médico de Jerez de la Frontera que se vio obligado a retirar un crucifico que mantenía en su consulta. El colectivo, que ya ha reunido 13.097 firmas, tacha este hecho de «ofensiva laicista» y recuerda al consejero de Salud, Aquilino Alonso, la jurisprudencia existente en este caso, como el Real Decreto 33/1986, Régimen Disciplinario de los Funcionarios de la Administración del Estado, y la Ley 55/2003, Estatuto Marco del personal estatutario de los servicios de salud, además del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que «permite la presencia de símbolos religiosos en espacios públicos aunque se trate de un Estado aconfesional». «Otra vez el laicismo institucional quiere obligarte a guardar tus creencias en un cajón», remarca la asociación.

En concreto, el pasado mes de agosto una paciente reclamó al Servicio Andaluz de Salud (SAS) la retirada del crucifijo de la consulta número 25 del centro de salud Jerez-Centro, extremo que cumplió el facultativo «tras ordenármelo de palabra mi directora, muy a pesar suyo, a instancias de la Gerencia del Área Sanitaria», tal y como expone el propio médico, que lleva 30 años ejerciendo la profesión. «La cruz siempre ha estado en mi consulta, además de otros símbolos religiosos», subraya, además de asegurar que es «cristiano, católico, con familia muy arraigada a la Iglesia y no me avergüenzo de ello». En toda su carrera profesional, insiste, «he intentado hacer de mis creencias un refuerzo para el quehacer de mi ciencia, ayudándome a entender más a los pacientes. No sólo por su enfermedad, sino por su sufrimiento a lo largo de la misma, aunque haya veces que no lo haya conseguido».

Una semana después, volvió a colocar el crucifijo, puesto que se sentía «humillado por una pobre paciente que fue al médico mirando símbolos y no a un profesional para que la ayudara en su enfermedad». Con todo, sostiene que este episodio le ha dañado «profundamente» en lo personal, «no en lo profesional», y pide a los políticos que «no se muestren radicales y que velen por el derecho a una salud digna».