Política

Sevilla

Esperanza de Triana

La Esperanza de Triana protagonizó el pasado sábado una procesión multitudinaria / Foto: Ke-Imagen
La Esperanza de Triana protagonizó el pasado sábado una procesión multitudinaria / Foto: Ke-Imagenlarazon

“Triana, Triana toda,/ está metida en la Cava. /Está impaciente, y espera/ que salga ya la Esperanza». Los versos del poeta Florencio Quintero bien podrían valer para este VI Centenario de la Esperanza de Triana. Un acontecimiento que se ha vivido con una devoción inusual, con imágenes que nos dejan un mar de fieles bajo el palio marinero de la Esperanza. Es muy probable que se haya superado el número de asistentes en una salida extraordinaria (entre las procesiones de ida y vuelta de la Virgen trianera a la Catedral de Sevilla). Lo que da un claro ejemplo de cofrades de la fe, «creíbles y comprometidos», como señaló el arzobispo, Juan José Asenjo, en la misa celebrada en el templo metropolitano. «Unidos en la fe, caminamos en la Esperanza», ha sido el lema de una celebración llena de detalles. Y es que Triana sabe adornarlo todo a su forma y a su manera. Siguiendo las costumbres de aquellos primitivos ceramistas y alfareros. Desde la propia imagen de la Esperanza, vestida con saya belmontina y ataviada con el «refregaó» y el manto de los dragones, hasta los rincones del barrio, con colgaduras en sus balcones y las calles llenas de anclas verdes y flores de papel. No faltaron las marchas, las flores (nardos y gladiolos), en dos días donde la Virgen pasó por el Santo Ángel, el Ayuntamiento, la capilla del Baratillo o la del Carmen del Puente. «Y al cielo fue la Esperanza». Como el verso de Florencio Quintero. Como aquella vez en la que se rompió el martillo del llamador y el capataz, Alfonso Borrero, llamó con el corazón. Seis siglos, seis, de una Virgen: «Que se ha quedado en Pureza/ junto a la orilla soñada/ porque escogió, de entre todos,/ el cielo azul de Triana».