Sevilla

Esperanzas del mundo

La Razón
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Soñar con un tiempo mejor. Vivimos días de esperanza, porque la inminente Navidad nos recuerda que no podemos quedarnos detenidos en el pasado. Es, precisamente, la Esperanza la que nos abre las puertas para seguir adelante. También soñamos con un mundo mejor. Siempre hay algo nuevo que celebrar, pues la venida de las pascuas navideñas se vive cada año con sensaciones distintas. Y como nos recomienda el Papa Francisco, estamos llamados a ampliar el horizonte de nuestro corazón pero siempre viviendo este tiempo de adviento de manera sobria, sin dejarnos dominar por las cosas mundanas. Más allá de las luces y la iluminación de sus calles, también la ciudad se transforma en estos días de cultos. Esperanza en la Trinidad y por San Roque. Y junto al callejón de la Inquisición, La Virgen de la O, también en besamanos ante la festividad litúrgica de la Expectación del Parto de Nuestra Señora. Cruzando un arco de saetas y centuria romana llegamos hasta su casa. Tras atravesar la verja y el atrio, nos encontramos con esa mocita, la misma que los antiguos pregonaban diciendo que «vive en San Gil». Allí, nos extiende su mano, entre flores que recuerdan los Jardines de Versalles. Al otro lado del río, la Esperanza de los trianeros, con la calle Pureza convertida en un mar de plegarias. Esperanzas del mundo, repartidas por las orillas del Guadalquivir. Salve, Madre,»vita, dulcedo et spes nostra». Enséñanos a perdonar. Y a pedir perdón. Déjanos volver a encender las velas del amor, de la paz, de la tolerancia y de la fe. Déjanos seguir soñando porque: Hasta la orilla soñada/ navegan las oraciones, / Esperanza de Triana. /Esperanza de la espera/ la que iluminan sus ojos,/ Esperanza Macarena.