Barcelona
Europa estudiará las pérdidas de Granada y del Puerto de Algeciras por los años sin tren
Bruselas admite una petición realizada por el Consejo Social granadino solicitando una misión que compruebe los reiterados incumplimientos del Gobierno central y el «estado obsoleto» del Corredor Mediterráneo andaluz
Bruselas admite una petición realizada por el Consejo Social granadino solicitando una misión que compruebe los reiterados incumplimientos del Gobierno central y el «estado obsoleto» del Corredor Mediterráneo andaluz
Los primeros trenes que llegaron a Granada, a finales de 1800, debían realizar parte del trayecto en diligencia a su paso por Loja, a cincuenta kilómetros de la capital. Esos viajes permitieron dejar de contar en días y hablar de horas de viaje: se empleaban 20 horas en llegar a Madrid por las malas conexiones entre estaciones. Por el mismo recorrido de aquellos vapores transitarán los convoyes de última generación cuando la ciudad deje de estar sitiada ferroviariamente hablando. La «inauguración» el lunes del trayecto en Talgo a Madrid venía con trampa: solo uno, el de las 7:35, cubre el recorrido completo. Para el resto, el autobús sigue siendo la alternativa, la «diligencia» del siglo XXI.
Los granadinos han esperado tres años para recuperar la comodidad de circular por las vías, ese es el único plus frente a las opciones de conducir o montarse en un autobús, más baratas y más cortas. En Antequera el tren se corta. En ese punto, los viajeros deben bajarse y subirse a un autobús facilitado por Renfe para llegar por carretera a Granada. Los viajes se alargan más que si lo hicieran completos en bus. La todavía única Estación de Andaluces provocaba amplios retrasos cuando estaba a pleno rendimiento: era habitual que un convoy se detuviera a la entrada de la ciudad para permitir la salida de otro. El solitario viaje a Madrid llegó revestido de tintes electoralistas, mientras las demandas reales de los granadinos siguen sin atenderse.
A ello debe sumarse el perjuicio económico. Suprimir el tráfico ferroviario ha provocado un daño millonario a Granada. La Diputación lo estimó en más de cuatrocientos millones, calculando los turistas que habían perdido en ese tiempo. Ahora será la Unión Europea (UE) quien investigue el impacto negativo que está suponiendo la ausencia de una infraestructura básica para la ciudad. Así lo ha comunicado la Comisión de Peticiones de la UE al Consejo Social (CS) de Granada, respondiendo a una solicitud presentada en mayo. Ese organismo ha trasladado a la Comisión Europea el expediente para que inicie «una investigación preliminar sobre los diferentes aspectos del problema», según el escrito firmado por la presidenta, Cecilia Wikström, al que ha tenido acceso LA RAZÓN. Considera que «se trata de un asunto que incide en el ámbito de actividades de la Unión Europea» y «ha decidido transmitir su petición a la Comisión de Transporte y Turismo para información».
El Consejo Social granadino elevó el 16 de mayo el conflicto a Bruselas. «La ciudad de Granada y su extensa área metropolitana (500.000 habitantes) lleva más de tres años sin contar con conexión ferroviaria alguna, por obras en el tramo Antequera-Granada del Corredor Ferroviario Mediterráneo, produciendo un fuerte impacto negativo en una economía basada en el turismo y el comercio», comenzaba su exposición. En ella, el CS advierte de que «la reutilización de tramos del siglo XIX (viaductos y túneles) del ferrocarril a su paso por la ciudad de Loja, en vía única, acabará produciendo un significativo cuello de botella por donde el AVE de pasajeros no podrá ir a más de 65 kilómetros por hora y se multiplica la dificultad para el traslado de mercancías por lo virado del trazado y las fuertes pendientes». En este sentido, recuerda a Europa la importancia del Corredor Mediterráneo, que conectaría el puerto de Algeciras con todo el Levante hasta Barcelona, cuyas obras están paradas o ralentizadas en los tramos que transcurren por Andalucía. Así, denuncia el incumplimiento de las obligaciones relativas a los reglamentos de las Redes Transeuropeas del Transporte y el mecanismo «Conectar Europa», «en lo relativo a los plazos y a las características técnicas previstas (ancho, electrificación, trazado...)».
Desde Granada se solicita, igualmente, «la relación pormenorizada de los proyectos programados por el Gobierno Español para el cumplimiento de sus obligaciones» en los reglamentos aludidos.
Para corroborar sus denuncias, el presidente del CS, el catedrático de Economía Santiago Carbó, pide a Europa que envíe una misión desde Bruselas para comprobar «in situ» el «estado obsoleto de los tramos de la vía Algeciras-Bobadilla-Granada y de las infrestructuras ferroviarias en general, así como el estado de las obras puestas en marcha por el Gobierno, recomendando fervientemente que dicho desplazamiento se realice en tren». La petición se extiende, por último, a la realización de «un estudio de impacto sobre la pérdida de competitividad y la consiguiente discriminación de Granada, así como el puerto de Algeciras, nodo prioritario en dos corredores de las Redes Transeuropeas de Transportes». A todo ello ha accedido el Comité de Peticiones europeo, en un escrito fechado el 29 de octubre y remitido al Consejo Social de Granada. Las decisiones que salgan de esa investigación pueden comprometer los fondos europeos que haya recibido España, si la UE estima que ha incumplido sus obligaciones, como ya ocurrió con el anillo ferroviario de Antequera, que costó a ADIF el reembolso de 130 millones.
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