Almonte
Galopada «excepcional» de los centenarios inquilinos de Doñana
Unos 300 yegüerizos sacaron ayer alrededor de 1.100 equinos semisalvajes de su hábitat natural, las marismas de Doñana, para conducirlos hasta Almonte, dando cumplimiento a la tradicional «Saca de las yeguas», que alcanza su 509 edición.
Se trata de un acto social protagonizado por los ganaderos de Almonte con Doñana como telón de fondo, una tradición en la que se pone de manifiesto el vínculo entre el hombre y la naturaleza, que ofrece a todos los que se acercan a verla un espectáculo único en el que se funden diferentes sentidos y sensaciones. Los que presencian este espectáculo, en cualquiera de sus puntos, asisten al despertar de sentidos como la vista, el olfato y el oído, al ver cientos de animales galopando ante ellos, percibiendo el olor tan característico de éstos y oyendo no solo el relinchar y el golpeo de los cascos de las yeguas, sino el de las voces de los ganaderos que se afanan en guiarlas unidas hasta su destino.
Unos animales –en torno a un 70 por ciento de yeguas y el resto potros nacidos este año– que presentan un estado «excepcional, como hacía años que no se veía», por la abundancia de lluvias registradas este invierno que ha propiciado que se críen en unas condiciones «inmejorables», según indicó a Efe, el presidente de la Asociación de Criadores de Caballo Marismeño, Gregorio Maraver.
Los preparativos comenzaron el martes, cuando las diez tropas se introdujeron en la marisma onubense para agrupar al ganado. Por la mañana, desde la playa se inició el camino donde sobre las 11:30 alcanzaron la aldea de El Rocío, donde miles de personas admiraron el paso del ganado ante el santuario de la Blanca Paloma.
Tras un descanso, los yegüerizos continuaron arreando a las reses hasta las siete de la tarde, cuando las tropas van llegando al pueblo de Almonte. Allí comienza hoy la Feria Ganadera, en la que se llevarán a cabo las labores tradicionales como la medición de las yeguas; las tareas de tusa –corta de crines y cola–; desparasitar a los animales y marcar a los nuevos potros; y se realizarán las operaciones de venta, tras lo que regresarán el próximo fin de semana a Doñana las que no han sido vendidas.
La tradición de la Saca de las Yeguas quedó regularizada en 1504 con una ordenanza del Duque de Medina Sidonia en la que se citaba la figura del «yegüerizo» del concejo y establecía que el ganado se sacase de los prados acotados al efecto por la festividad de San Juan.
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