Sevilla

La solidaridad real de Nuevo Futuro

La infanta doña Pilar presidió ayer en Sevilla la inauguración el Rastrillo de Nuevo Futuro
La infanta doña Pilar presidió ayer en Sevilla la inauguración el Rastrillo de Nuevo Futurolarazon

El Rastrillo de Nuevo Futuro es un lugar para ver y dejarse ver. Un espacio donde se vende, se rifa, se comparte y, también, se exhibe. Ya lo dijo ayer la infanta doña Pilar en la inauguración de este evento solidario, que se desarrolla hasta el próximo sábado en el hotel Los Lebreros de Sevilla: «Sin difusión aquí no se es nadie». Un total de 66 puestos componen este trajín de telas, bisutería, muebles y otros complementos. Como novedad, un espacio gourmet con especialidades ibéricas, que se suma a la ya tradicional tómbola –con más de 5.000 regalos– y los bares que siguen dando lustre a la cita, como La Parrala, la Molletería o el salón de té.

Todo ello con un objetivo prioritario: ayudar a los 48 menores que tiene acogidos la Fundación Nuevo Futuro en sus pisos tutelados. Este año, según aseguró María Pepa de la Serna, presidenta de la entidad, se da el problema añadido de que «muchos niños que se emanciparon porque encontraron trabajo se han quedado ahora sin empleo como consecuencia de la crisis, por lo que recurren a nosotros para llegar a fin de mes, ya que somos su familia». La Junta de Andalucía financia más del 60 por ciento de los gastos que genera cada menor, así que la fundación organiza el Rastrillo para que, con lo recaudado, se cubra el resto. «Si no nos llega, pues organizamos teatros, capeas o inventamos lo que sea», subrayó De la Serna, quien destacó la «fantástica» respuesta de los comerciantes y empresarios. «El año pasado tenían un poquito de miedo, pero ahora noto más alegría e ilusión», aseguró mientras los 350 voluntarios se afanaban en preparar los stands para recibir al público.

En cuanto a la respuesta de los sevillanos, aseguró que «los españoles, en general, somos muy generosos y así se ve en todas las estadísticas, por lo que los andaluces y sevillanos lo somos mucho más». Pero este apoyo es mucho más visible cuando se trata de ayudar a los niños. «Es aquí cuando la sociedad responde incondicionalmente», señaló. Por su parte, la delegada municipal de Asuntos Sociales, Dolores de Pablo-Blanco, remarcó que Sevilla «es una ciudad generosa y solidaria» y animó a los ciudadanos a «volcarse» con el Rastrillo. Las ausencias del alcalde, Juan Ignacio Zoido, y de la Duquesa de Alba marcaron la inauguración. Por ello, todas las miradas se dirigieron hacia la infanta doña Pilar, quien no estuvo muy habladora. «Le voy a pedir al vicario –presente en el acto– que nos bendiga porque nos hace falta una ayudita. Y que Dios nos ampare»...