San Petersburgo

La Unesco da «carpetazo»al expediente contra Sevilla

La Razón
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Un año después de que el alcalde, Juan Ignacio Zoido, consiguiera en San Petersburgo «salvar» a Sevilla de la «lista negra» del patrimonio de la Unesco –en el marco de la asamblea del Centro del Patrimonio Mundial–, el organismo internacional ha archivado definitivamente el caso, dados los avances que ha realizado el Ayuntamiento en materia de protección patrimonial. Así lo anunció ayer el regidor durante el Pleno municipal, concretamente cuando defendía una moción que reclamaba a la Junta de Andalucía la delegación de competencias urbanísticas en varios sectores del casco histórico, al objeto de intensificar las actuaciones encaminadas a proteger los edificios con valor patrimonial.

La Unesco cargó duramente contra la ciudad en enero del año pasado, a cuenta de la construcción de la Torre Pelli. Llegó a asegurar que el edificio tenía un «excesivo e indudable impacto negativo» sobre los tres conjuntos declarados Patrimonio de la Humanidad: el Alcázar, la Catedral y el Archivo de Indias. En un primer momento, incluso llegó a pedir al Ayuntamiento que detuviera «urgentemente» la construcción y revisara el proyecto, concretamente su escala y altura.

Junto a la afección a los edificios monumentales, la Unesco también alertó del impacto negativo que tendría la torre en el tráfico y, por tanto, en la contaminación ambiental. Este dictamen llevaba aparejada la amenaza de retirar la condición de Patrimonio de la Humanidad de los tres monumentos y la posibilidad de incluir a la ciudad en la «lista negra» del patrimonio. Sin embargo, el alcalde, junto al delegado de Urbanismo, Maximiliano Vílchez, se desplazó hasta la ciudad rusa y logró convencer a los responsables del organismo para evitar este extremo. No obstante, la Unesco instó al Ayuntamiento a concluir la redacción de los planes especiales de protección de las zonas del casco histórico.

Pues bien, en el informe que da «carpetazo» definitivo al caso, la Unesco valora positivamente los pasos dados en este sentido, recordando que dichos planes estarán aprobados este año. También hace una especial mención sobre el control de las alturas, el inventario de solares y los trabajos de arqueología preceptivos en cualquier actuación. Junto a ello, se destacan las medidas para que los futuros desarrollos urbanísticos no afecten a la zona protegida.

El Ayuntamiento, sin embargo, no ha recibido notificación formal del archivo del caso, pero se da por hecho porque en la última reunión del Comité de Patrimonio Mundial, celebrada en Camboya, no se trató el asunto de los monumentos sevillanos. Es más, el organismo internacional sí ha notificado al Gobierno central que el caso de Sevilla está cerrado y el Consistorio sí tiene constancia de esta comunicación.

Junto a este anuncio, el regidor reclamó en el Pleno la «colaboración» de los grupos de la oposición para pedir a la Junta las competencias urbanísticas de varias zonas del casco histórico. Zoido recordó que esta petición ya se formalizó hace 18 meses, sin que se haya obtenido respuesta alguna todavía. «Pedimos algo que nos corresponde, ya que está contemplado en la ley de bases de régimen local», subrayó. El alcalde basó su argumentación en la voluntad del actual Gobierno local de no repetir casos como el de la biblioteca del Prado, un proyecto tumbado por los tribunales a raíz de las reiteradas denuncias de los vecinos. También mencionó una sentencia del Tribunal Supremo que anula varios artículos del PGOU, entre los que se encuentra uno que permitió la construcción del polémico Metropol Parasol en la plaza de la Encarnación.

El PSOE, por su parte, secundó la iniciativa, aunque su portavoz municipal, Juan Espadas, confió en que, una vez obtenidas las competencias, «éstas no sirvan para confrontar políticamente». «Creemos que el Ayuntamiento tiene derecho a pedir estas atribuciones, pero luego no se debe especular con el urbanismo», subrayó Espadas. Especialmente duro con Zoido fue el portavoz municipal de IU, Antonio Rodrigo Torrijos, quien acusó al regidor de querer «recalificar» algunas zonas del centro y «recuperar el boom inmobiliario, precisamente lo que nos ha llevado a esta crisis que padecemos».