Medio millar de profesionales en terapias naturales se reúnen en Sevilla

El Congreso Nacional organizado por Aproetena busca divulgar prácticas rodeadas de polémica como la acupuntura, la homeopatía o la osteopatía que piden regular en el sistema sanitario español como en otros países europeos

Más de 500 profesionales, estudiantes y usuarios de los remedios alternativos celebran este sábado en Sevilla el III Congreso Nacional de Terapias Naturales, destinado a profesionales pero también a la ciudadanía por su carácter “divulgativo”, según el presidente de la entidad organizadora, Aproetena, la Asociación Profesional Española de Terapias Naturale, que agrupa a profesionales de la Naturopatía, Osteopatía, Acupuntura, Homeopatía, Kinesiología, Shiatsu, Quiromajase, Reflexología o Reiki y otras terapias.

Una veintena de laboratorios y casas comerciale constarán con stands mientras que entre los ponentes destaca el médico inmunólogo Francisco Javier Muñoz, que diseertará sobre el “Sistema inmune y autoinmunidad’ mientras el profesor del Instituto Quiros Alejandro López ofrecerá un taller sobre “Aplicación y tratamientos para las diferentes causas de problemas cervicales y lumbares con reflexología podal y auriculoterapia”, en el que abordará el “dolor físico, traumático o emocional”. Otras talleres se centrarán en las sustancias naturales o las cadenas funcionales en el bebé.

Desde Aproetena denuncian que España “es una isla en Europa” al no estar reguladas estas terapias ni su papel complementario a la medicina convencional, “con lo que se priva a los pacientes de su derecho a elegir terapia”. Reclama una regulación que deje claro donde los profesionales que practican estas terapias “tengan claro su papel dentro de la sanidad, sus posibilidades y sus límites, puesto que no aspiran a sustituir a ningún otro eslabón de la cadena del bienestar y la salud, sino a reforzarlos todos”. Destacan que en otros países europeos la sanidad pública oferta servicios de Homeopatía, Acupuntura y Osteopatía, que en España tienen defensores y detractores con argumentos a favor y en contra, los segundos basados en la falta de evidencias científicas sobre su eficacia y el riesgo de que los pacientes abandonen los tratamientos convencionales.