Prieto: «No descarto pedir las cuentas de los grupos en los tribunales»

Sobre el pago de dietas: «Que me diga Juan Marín cuántas veces pisó Sevilla en agosto”

–¿Se ha acostumbrado ya a ser la única diputada no adscrita de la Cámara?

–Sí y además me gusta. Aunque no tenga recursos y aunque no pueda apenas intervenir, digo lo que pienso sin cortapisas, más allá de la lógica cortesía parlamentaria, y puedo votar lo que quiera, no como cuando estaba en Ciudadanos (Cs). La disciplina de voto, que a veces hace sentir a los diputados como borregos, debería suprimirse. Aunque sigo sin despacho ni sitio para poder reunirme con un mínimo de intimidad con gente. Sólo tengo un punto de acceso a la intranet en una mesita en la biblioteca.

–Ha pedido varias veces el detalle de las cuentas de los grupos parlamentarios, ¿alguna novedad?

–Por lo que respecta a Ciudadanos, he solicitado esos datos a través de la página de transparencia y la semana que viene estudiaré con mi abogado si seguimos pidiendo el conjunto en el Parlamento o lo hacemos por la vía de los tribunales, que no descarto. Tanto eso como el que no me dejen hablar en Pleno o presentar iniciativas. Aunque sé que es difícil conseguir algo, porque la Justicia va muy lenta y posiblemente no pueda verlo, pero para abrir camino para los que vengan detrás. El poder omnímodo de los partidos y del sistema que deja a los ciudadanos sin derechos no puede ser.

–En las últimas semanas se han publicado informaciones ligadas a la financiación de Cs y a presuntas dobles cuentas de los grupos parlamentarios y municipales de ese partido, una en Madrid y otra en los territorios, ¿ha sucedido en el caso de la Cámara andaluza?

–No lo sé porque a mí sobre eso no me decían una palabra, conmigo tenían mucho tino porque sabían que podía poner el grito en el cielo. Pero parece que ése es el presunto «modus operandi» en toda España y me consta que hay un cargo orgánico que ha estado contratado por el grupo parlamentario.

–Ha conformado una alianza con la Plataforma por la Honestidad de funcionarios y se ha mostrado muy crítica con la oficina anticorrupción que prepara la Junta. ¿No le parece un avance?

–Tal cual la ha planteado el Gobierno andaluz, no. Espero, como dije hace unos días en el plenario, que tomen algunas medidas para, por lo menos, que a los denunciantes se les proteja de verdad, que se elija al director a través del Parlamento y que haya una serie de medidas que garanticen la independencia y la utilidad de la oficina. El decreto sin las alegaciones es una vergüenza, una tomadura de pelo.

–¿Considera, como el grupo de Podemos, que no deberían pagarse dietas a los diputados en periodos inhábiles?

–Estoy completamente de acuerdo. Doné mis dietas el agosto pasado. Fui la única que lo hizo en Ciudadanos y me busqué un problema, y eso que había anunciado públicamente que lo haría y lo aseguré en múltiples foros. Este año lo repetiré. Nadie trabaja las 24 horas del día los 365 días al año y que me diga Juan Marín cuántas veces pisó Sevilla en agosto. Darse unas vueltas por algunas ferias y sitios de Andalucía, más que trabajar es hacer propaganda del partido y de sí mismo. E igual los demás, se van de vacaciones, eso es una realidad. Los ciudadanos deberían ser más exigentes con los políticos.

–¿Qué otras deficiencias de transparencia o buen gobierno ha detectado en la institución autonómica de la que forma parte?

–Hay que cambiar algunas cuestiones en torno a la Mesa –el órgano de dirección del Parlamento–. No puede coartar tanto la actuación de los diputados y el que sucedan cosas como que se vote de forma conjunta la subida del sueldo de los trabajadores y de los diputados me parece, como mínimo, repugnante. Comprendo que Yagüe –Juan Ignacio Moreno, representante de Podemos en la Mesa– se fuera cuando pasó porque yo me hubiera ido también. Eso no se puede hacer, no es honorable. Ese órgano debería ser más flexible y su composición tendría que ser ponderada. Y eso que gracias al Tribunal Constitucional ahora hay una representante más del PP que antes. Por lo que respecta a mí, la Mesa hace y deshace lo que le da la gana. El Parlamento no está hecho para que haya diputados no adscritos y el reglamento no los ampara.