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Radiografía de la sanidad andaluza: más privatizada y en el vagón «de cola»

Fadsp incluye a Andalucía en las regiones con peores servicios sanitarios

La Razón
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Fadsp incluye a Andalucía en las regiones con peores servicios sanitarios

Parapetarse tras expresiones del tipo «la joya de la corona» sin actuar para protegerla no garantiza que la gema no se deteriore. La Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (Fadsp), integrada por diferentes organizaciones estatales y declarada de utilidad pública, elaboró en el primer trimestre de este año su cuarto informe sobre la privatización sanitaria de las comunidades, consultado por LA RAZÓN. En él se dejó constancia de que «el gasto sanitario privado se ha incrementado notablemente» en la última década, «nada menos que un 52%» debido a «una bajada continuada de los presupuestos destinados a la sanidad pública» que han pasado del 6,7% del PIB –Producto Interior Bruto– en 2009 al 5,6% en 2016». Al tiempo que se ha producido «una derivación creciente» de fondos públicos al sector privado.

La Fadsp reconoce que es «complicado» obtener «datos concretos de las administraciones sanitarias y más aún si se pretende que sean homogéneos para todo el mapa nacional, dada la «falta de transparencia informativa» existente que «es un fraude a la ciudadanía» que «las sufraga con sus impuestos» y «un incumplimiento notorio de la denominada ‘ley de transparencia’». Con todo, pese a esas «restricciones», evalúan desde hace años el grado de privatización de los servicios sanitarios regionales. En el trabajo revisado por este diario consideraron las siguientes variables: el «porcentaje de población cubierta por mutualidades de funcionarios», el gasto en seguros privados per cápita o el sanitario de bolsillo per cápita, los porcentajes de camas hospitalarias privadas sobre el total, del equipamiento de alta tecnología en hospitales privados sobre el global, del gasto sanitario dedicado a contratación con centros privados, así como la presencia de modelos de colaboración público-privada. Emplearon datos de 2015 y 2016 para clasificar a los territorios en tres grupos, de acuerdo a los resultados obtenidos: en uno englobaron a las regiones con alto grado de privatización, en otro a las de privatización intermedia y en el tercero a las de bajo grado. Andalucía ha pasado de ese último al segundo y ha subido «tres» puntos en una tabla relativa a 2014, 2015, 2016 y 2017, en los que aplicaron las mismas variables. Como novedad, Canarias se ha incorporado en 2017 al elevado grado de privatización en el que ya estaban Madrid, Cataluña, Baleares y Galicia, mientras Extremadura se mantiene como la menos privatizada. En general, la federación avisó de que «la privatización ha aumentado en todas las comunidades». Y no es lo único que ha detectado. En otro informe del pasado septiembre radiografió los servicios sanitarios autonómicos. En este caso se emplearon parámetros ligados a «la financiación, recursos y funcionamiento», a «la política farmacéutica», a la «valoración de los ciudadanos», a «las listas de espera» y a la mencionada «privatización» e información de 2015, 2016 y 2017. Las etiquetas que se repartieron entre las comunidades fueron en esta ocasión las de «con mejores servicios sanitarios», «con regulares», «deficientes» y «con peores servicios sanitarios». Andalucía, «por primera vez» se situó «en el grupo de cola», esto es, entre las que presta una peor atención a los usuarios, al descender en 2017 «un puesto» respecto al informe anterior, según se refleja en el trabajo de Fadsp. La acompañan en el vagón colista Cataluña, Valencia y Canarias.