Política

Susana Díaz prescinde de dos de los tres máximos responsables de Salud

La Junta admite las renuncias del viceconsejero y del gerente del SAS ante la presión de las mareas y ya solo se queda el consejero como parapeto

Susana Díaz, durante una visita a un hospital de Sevilla
Susana Díaz, durante una visita a un hospital de Sevillalarazon

Susana Díaz ha dado órdenes de taponar la herida en su Ejecutivo abierta por las protestas sanitarias. Y lo ha hecho como se suelen arreglar políticamente estos asuntos: relevando a los máximos responsables del problema. El Consejo de Gobierno aceptó ayer la renuncia del viceconsejero de Salud, Martín Blanco, y del gerente del Servicio Andaluz de Salud (SAS), José Manuel Aranda.

Oficialmente ninguno de los dos ha sido cesado, sino que su renuncia se produce a petición propia. El portavoz del Ejecutivo, Miguel Ángel Vázquez, que anunció ambos relevos, admitió que los dos altos cargos habían presentado con anterioridad su dimisión al consejero, que no fue aceptada. La realidad es que después del último plantón de los sindicatos en Granada el pasado viernes y su negativa a sentarse el lunes para retomar las negociaciones, la situación era insostenible y la Junta dio ayer una vuelta tuerca con la intención de abrir un nuevo periodo y avanzar «en la línea que se nos demanda».

El momento elegido para cambiar la cúpula de Salud en el Gobierno andaluz coincide también con el inicio del periodo de sesiones en el Parlamento. Los grupos de la oposición habían solicitado un debate general sobre esta materia, rechazado por PSOE y Ciudadanos. Este partido, consciente del desgaste que esta decisión le estaba suponiendo, escenificó el lunes en una rueda de prensa lo que se produjo ayer al reclamar «dimisiones» en la Consejería. Los socialistas y la formación naranja mantienen así ese pacto por el que la formación naranja sale al auxilio de los socialistas a cambio de reservarse el anuncio de algunas medidas.

Hoy está prevista la comparecencia en la Cámara del consejero Aquilino Alonso para hablar de los recortes sanitarios y los procesos de fusión, supuestamente derogados desde ayer. Su posición queda completamente debilitada pese a que los sustitutos forman parte también de su equipo de trabajo. El propio portavoz del Ejecutivo andaluz contribuyó a ello después del Consejo de Gobierno al asegurar que desconocía si había presentado su dimisión y que habría que preguntárselo a él. Posteriormente Vázquez rectificó y dijo que no lo había «planteado» y que su labor era «importante».

Martín Blanco era el viceconsejero de Salud desde 2015 y desde 2002 había ocupado distintos puestos en el ámbito sanitario de la provincia de Granada. La nueva «número dos» de la Consejería es María Isabel Baena, que hasta la fecha ocupaba la dirección general de Investigación y Gestión del Conocimiento en el departamento de Alonso.

Por su parte, José Manuel Aranda fue nombrado gerente del SAS en enero de 2014 y anteriormente, desde 2006 desempeñaba el cargo de director-gerente del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba. Su sustituto, nombrado ayer, es Mariano Marín Patón, que apenas llevaba un mes al frente de la Dirección Gerencia del Hospital Virgen Macarena de Sevilla.

Pese a este punto de inflexión con las renuncias de los dos altos cargos, no parece que la Junta admita el relato de los hechos de las mareas blancas, plataformas y sindicatos. De hecho, el portavoz del Gobierno de Susana Díaz insistió ayer que durante estos años «no se han producido recortes» en sanidad por parte de la Junta y señaló que quien diga lo contrario «miente». Además, desveló que la intención de la administración regional no pasa por legitimar a las plataformas ciudadanas que se han manifestado en la calle toda vez que sus interlocutores válidos «son los sindicatos y las mesas técnicas» y que lo importante «son los resultados».

La Junta, pese al desmantelamiento de la cúpula de Salud, tampoco abandonó el argumento repetido en los últimos meses de que las protestas estaban alentadas por partidos políticos. Vázquez comentó que «si las fusiones habían generado cierta inquietud entre la población o no habían sido entendidas por parte de la ciudadanía, lógicamente tenemos la humildad de saber rectificar», pero a renglón seguido afirmó que es posible que otros tienen «intereses distintos» en este asunto, ya sean el beneficio «privado» o el «electoral».

Esta crisis en el Gobierno andaluz fue interpretada de forma similar por los partidos de la oposición, que coincidieron en señalar que se pone de manifiesto el déficit de gestión de Susana Díaz. Así, el presidente del PP-A, Juanma Moreno, apuntó que estos relevos «ponen en evidencia que los responsables del malestar que hay en la sanidad pública no son las plataformas, los usuarios ni los profesionales, sino los gestores».

Por su parte, la líder de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez, habló de un «golpe de efecto» que no soluciona el problema, mientras que Antonio Maíllo, coordinador de IU, dijo que Díaz tiene «un agujero en la gestión sanitaria».