Valladolid
Cada vez más escuelas introducen nuevas prácticas para aprender sin darse cuenta
Al menos 16 colegios de Valladolid aplican el método «Nenoos» para educar en positivo en sus actividades
Al menos 16 colegios de Valladolid aplican el método «Nenoos» para educar en positivo en sus actividades
Cada vez son más los métodos que tratan de favorecer las emociones y la creatividad u otras fórmulas de enseñanza para configurar la personalidad del alumno de cara al futuro y aumentar su optimización del tiempo, su concentración y su autonomía. «Nenoos», «Kumon» o «Aloha» son algunos de los ejemplos que cada vez tienen más adeptos como actividades extraescolares.
«Ellos creen que están bailando delante de un espejo pero lo que está ocurriendo es que su cuerpo se está adaptando para recibir una nueva actividad desde el punto de vista positivo». Esta frase la pronuncia Mónica González, directora del centro «Nenoos» de Valladolid, que abrió sus puertas el pasado 1 de septiembre y que ya cuenta con 200 alumnos, repartidos entre el centro y los 15 colegios de Valladolid que disponen de este método como actividad extraescolar.
El método «Nenoos» nació hace cuatro años y ya cuenta con numerosos centros repartidos por toda España. Se trata de estimular la inteligencia emocional del alumno de entre cero y 13 años a través de actividades cortas, siempre llevadas a cabo desde el punto de vista positivo. «Ellos salen encantados y yo también lo estoy» esta frase pronunciada por Marina y María Jesús es la más escuchada a las puertas del centro «Nenoos» de Valladolid, donde sobre las seis de la tarde se agolpan en la puerta niños y padres esperando para comenzar su clase de una hora en grupos de no más de doce niños. Todos ataviados con su camiseta de Nenoos y, según reconocen los padres, encantados de acudir a su cita semanal con este método de aprendizaje novedoso que trata de «reforzar lo positivo» en contra de la enseñanza tradicional de reformar con el castigo, tal y como explica Mónica González.
«Quería otro tipo de actividades extraescolares», explica otra de las madres, María Jesús, quien reconoce que lo que más le gusta es que se cambia de actividad cada cinco minutos lo que evita que los niños se dispersen y se aburran. «Están super atentos», añade otra de las madres Marina quien asegura que a sus dos hijos, de tres y cinco años, «se les pasa la hora volando».
Mientras en una de las clases los niños comienzan con un baile frente al espejo para «calentar», los más pequeños, que se encuentran en la de al lado con un gran cristalera que permite que los padres, si quieren puedan seguir la clase desde la calle. Es curioso, pero ninguno de los niños -ninguno de los cuales supera los tres años- miran hacia fuera para buscar a sus padres. Se encuentran en el comienzo de la clase, bebiendo un vaso de agua. Esta práctica mejorara el rendimiento pero también fomentar el desarrollo personal positivo del niño, desde un enfoque «global e integral».
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