Del Bosque
Del Bosque defiende a las personas con discapacidad en su honoris causa
La Universidad Pontificia de Salamanca inviste al nuevo doctor en un acto presidido por Ricardo Blázquez
El seleccionador español de fútbol, Vicente del Bosque, recibió el doctorado honoris causa de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) con un discurso en favor de la igualdad de oportunidades de las personas con discapacidad y una crítica a la «absoluta incapacidad» para que las leyes se cumplan. Un acto que estuvo presidido por el cardenal arzobispo, Ricardo Blázquez.
Del Bosque añadió que «el respeto y la igualdad para todas las personas es una obligación legal que se olvida con demasiada frecuencia».
El seleccionador español también hizo una defensa del fútbol como una «forma de vida» y del deporte, como «un bien cultural que afecta a toda la sociedad» y realizó un emotivo viaje a su pasado salmantino, a su historia y a sus recuerdos.
Pero en lo que más incidió fue en la discapacidad, porque, según manifestó, ha sido uno de «los méritos» que la Universidad Pontificia de Salamanca ha tenido en cuenta para otorgarle el doctorado honoris causa por su labor «en pro de los más necesitados, de los chicos que tienen alguna discapacidad y para lo que no puedo tener más que afecto y cariño, porque ante todo son personas».
Del Bosque puso como ejemplo a Teresa Perales, una deportista con discapacidad que tiene el récord de medallas en los Paralímpicos, por las «ganas de lucha» y por su «espíritu de superación», y la ha comparado con «otras muchas personas» anónimas, que «nunca van a recibir una mella ni van a escuchar aplausos».
En su lección magistral también definió el deporte como «un bien cultural que afecta a toda la sociedad» y puso en valor el trabajo del entrenador de fútbol, un deporte que es «esfuerzo y compromiso», además de «lealtad a tus compañeros de equipo» y una «comunidad de intereses».
Para este salmantino, nacido hace 65 años en el barrio de Garrido hijo de un ferroviario y que jugó en el Real Madrid al que también entrenó, el fútbol «es un espacio de vida», incluso «la vida misma».
A lo largo de su historia, tras muchos entrenadores, Del Bosque aprendió que «es difícil desarrollar en plenitud una profesión si no existe vocación» y la cualidad del «poder de la sencillez».«Estoy convencido de que el líder debe ganarse la admiración y no el temor de sus jugadores. El poder te lo da el cargo y la credibilidad te la dan los demás», agregó.
Por último, Vicente del Bosque se definió como una persona «acostumbrada al cambio, a lo incierto de la competición» y explicó que el motivo principal de su función es «contribuir a transformar a los demás y hacer que cada día se sientan mejores».
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