Con inmenso cariño han recibido los abulenses a su Rey. Don Felipe se ha acercado a saludarlos, les ha escuchado y ha cruzado palabras de ánimo y gratitud con los más afortunados, que llevaban horas acariciando la posibilidad de encontrarse con su Majestad.

Felipe VI ha dado las gracias a los alcaldes de las Ciudades Patrimonio de la Humanidad por su iniciativa, empeño y entusiasmo. Por un buen hacer que salta a la vista, durante su intervención, en Ávila, en la conmemoración del vigésimo quinto aniversario de este Grupo.

Una vez más, el Rey, que no da puntada sin hilo, se ha referido a «la contribución de las Ciudades Patrimonio a la singularidad, idiosincrasia y diversidad de España», y se ha mostrado «orgulloso» al comprobar «la fuerza, vitalidad y proyección» adquiridos por estos territorios.

Don Felipe ha tenido, para cada alcalde, un gesto y un momento especial para escucharlo y compartir confidencias.

Al presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, con quien se ha encontrado dos veces en apenas 24 horas -ayer en Ávila y un día antes en Salamanca-, el Rey le ha dicho que se encontraba muy a gusto en esta tierra y que cualquier ocasión era buena para visitarla y echar una mano.

Don Felipe no ha desaprovechado tampoco esta oportunidad para hacer hincapié en la «dimensión artística, arquitectónica o urbanística» de estas ciudades, así como la vinculación de esos valores con «las personas y con la historia y la cultura de España».

El Rey ha concluido con esta reflexión: «Nuestras ciudades contribuyen, por un lado, a darnos forma como pueblo», y por otro, «a nuestra diversidad y al valor de caminar juntos, de apoyarnos mutuamente, compartir experiencias y ayudarnos a resolver problemas».

El alcalde anfitrión, José Luis Rivas, y el presidente del Grupo y regidor de Cuenca, Ángel Mariscal, han coincidido en destacar el incalculable valor que para «la comunidad internacional y la humanidad suponen estas ciudades».