Castilla y León

El salmantino Miguel Ángel Huerta recupera para España el «cine de barrio»

El profesor publica un libro sobre las películas del fin del franquismo y su reflejo social. «EL CINE DE BARRIO TARDO FRANQUISTA». Miguel Ángel Huerta y Ernesto Pérez (C). Biblioteca nueva. 391 páginas, 19 euros.

Miguel Ángel Huerta, profesor encargado de cátedra en la Facultad de Comunicación de Pontifica de Salamanca
Miguel Ángel Huerta, profesor encargado de cátedra en la Facultad de Comunicación de Pontifica de Salamancalarazon

Los años comprendidos entre 1966-1975, también conocidos como los del desarrollismo en España, sirvieron para que la industria del cine, uno de los mayores entretenimientos de la época en nuestro país, acabara de despegar. Quizá de alcanzar su techo. Eran otros tiempos. Tiempos en los que una película como «No desearás al vecino del quinto», de 1970, lograba reunir hasta 4,37 millones de espectadores ante la gran pantalla. Un periodo histórico en el que lo de fuera llegaba con cuentagotas. Salvo los turistas. El cine español mandaba, lo que desde nuestra óptica resulta prácticamente impensable en este momento, pese a que somos 15 millones más los habitantes que aparecemos en los censos del Instituto Nacional de Estadística.

Era un pasatiempo, pero también una forma de reflejar la mentalidad dominante, una particular visión de una España que se encaminaba al final del franquismo. Éstas son algunas de las reflexiones expresadas en el libro «El 'cine de barrio' tardofranquista. Reflejo de una sociedad», publicado por Biblioteca Nueva, gracias al tesón y el denodado trabajo de los profesores salmantinos Miguel Ángel Huerta (encargado de cátedra en la Facultad de Comunicación de la Universidad Pontifica de Salamanca) y Ernesto Pérez (doctor en Comunicación Audiovisual y crítico de cine), ahora en la Universidad de Medellín, en Colombia. Ambos coordinan un texto que ha contado con la colaboración de firmas cualificadas como la de Tomás Sánchez Hernández, Pedro Sangro, José Luis Sánchez Noriega y María Sánchez Hernández.

Todos ellos se han encargado de diseccionar las cien películas más importantes del momento. Si bien, fueron 200 las inicialmente seleccionadas. Ese centenar restante se lanzará en formato «e-book», al no haber podido incorporarse a la obra, por motivos de espacio, expone Miguel Ángel Huerta.

El libro se elabora en el marco del proyecto de investigación «Ideología, valores y creencias en el 'cine de barrio' tardofranquista (1966-1975)», en base a un proyecto aprobado, en 2009, por el Ministerio de Ciencia e Innovación.

Paco Martínez Soria, Concha Velasco, Gracita Morales, Alfredo Landa, Manolo Escobar o Lina Morgan son sólo algunos de los actores que circulan por estas páginas, que responden a un esfuerzo investigador centrado en desentrañar las vertientes sociológicas y éticas de unos filmes que se desglosan con un análisis textual de las principales claves formales y narrativas de cada obra. De ellos, se aporta una detallada ficha técnica, una sinopsis completa (con el fin de entender el sentido profundo del trabajo), una descripción de los temas más importantes y una valoración sobre las estrategias narrativas y estéticas para la transmisión de ideas.

«Este cine era de consumo interior, dotado de cierta ligereza. Sin grandes pretensiones, pero tras él latía una visión de lo que era la España del momento», argumenta Huerta, quien agrega que «siempre presentaba una intencionalidad en la creación artística, además de que cada producción adoptaba una posición moral».

Si bien, el tema fundamental que tratan los filmes del tardofranquismo es «el conflicto entre la tradición y modernidad». Y nos da un ejemplo: «¡Pero... en qué país vivimos!», de José Luis Sáenz Heredia, que protagonizaron Manolo Escobar y Concha Velasco. En ese momento, explica, se da el choque entre la modernidad (el Seiscientos, el piso en propiedad o la sociedad de consumo), frente a unos valores tradicionales, con una vida rutinaria, inmovil y mayoritariamente rural. Algo que queda patente, expone Miguel Ángel Huerta, en buena parte de las películas protagonizadas por Paco Martínez Soria, que encabeza otros de los arquetipos recurrentes en esa década que parte de 1966: el patriarca benefactor que procura tener bajo el ala a toda la familia. Y el hombre del medio rural que llega al urbano.

Muchas de las películas analizadas, explica el también autor de «El cine español tras el 11-S», fueron reclamos en periódicos como LA RAZÓN, aunque buena parte de ellas se encuentran editadas en DVD. «Forman parte de nuestra memoria, más allá de consideraciones morales», insiste el coordinador. La Filmoteca Española y la Filmoteca de Castilla y León han aportado el resto de las doscientas obras analizadas dentro de este estudio ambicioso a la par que sorprendente por original.

El 'amante' de John Ford se vuelca con lo 'tipical spanish'

Si por algo es conocido «Michi» Huerta -como gusta que le llamen amigos y alumnos- es por su desbocada afición al séptimo arte y al Real Madrid. Natural de Cáceres, lleva casi media vida en Salamanca, recorriendo las aulas de 'la Ponti'. Desde jovencito tiene claro que, además de ser «merengón», es «muy de John Ford». Y, tras la eclosión de series televisivas de calidad, suma a la legión de películas de las que es devoto series como «Los Soprano» y, en los últimos años, «The Wire». Su web, michihuerta.com, aporta muchas pistas del libro que aquí presenta. También reflexiona a menudo en www.nacidoparaelmadrid.blogspot.com, sobre su visión del fútbol.