Andalucía

Hallan muerto a un matrimonio y a su hijo con impactos de bala en Vegalatrave

Los cuerpos son localizados en la vivienda familiar de este pequeño pueblo zamorano

Agentes de la Guardia Civil y vecinos del pueblo en el exterior de la vivienda de la familia fallecida
Agentes de la Guardia Civil y vecinos del pueblo en el exterior de la vivienda de la familia fallecidalarazon

El tranquilo pueblo zamorano de Vegalatrave, situada a unos 40 kilómetros de la capital, se levantó sobresaltado en la mañana de ayer. Los tres miembros de una misma familia se hallaron fallecidas en su vivienda. Los cuerpos presentaban impactos de armas de fuego. Un hombre de 74 años apareció en el exterior del inmueble con un tiro en la cabeza, mientras que su mujer y su hijo, de 63 y 37 años de edad, respectivamente fueron hallados en el interior del domicilio familiar sin signos de violencia, aparentemente.

La alcaldesa del municipio, María Isabel Álvarez, señaló, en declaraciones a la agencia Ical, que «no sabemos cómo ha podido suceder, no sabemos nada. Nos hemos despertado con esta noticia y nos ha sorprendido a todo el mundo. No se sabe quién ha sido ni tampoco cuándo sucedió».

Conmoción

Asimismo, indicó que «el pueblo está conmocionado y muy sorporendido por lo sucedido, era una familia muy conocida, que llevaba quince años viviendo a las afueras de la localidad y que nunca habían dado un problema».

María Isabel Álvarez fue una de las primeras personas en enterarse de los sucedido. «Un chico que bajaba de Domez por la carretera se encontró al hombre hacia las nueve de la mañana al lado de su casa, en el arcén de la carretera. Bajó al pueblo a avisar y dio la casualidad de que yo me he encontrado con él y ya hemos subido con la juez de paz y otros primos a la casa un momento», explicó.

«No sabíamos lo que había dentro, porque a la mujer y al hijo no se les veía desde fuera y ya la Guardia Civil nos preguntó qué pasaba con la otra familia y hemos dicho que no sabíamos nada. Que, aparentemente, la casa estaba muy tranquila y no sabíamos si los otros dos miembros de la familia estaban muertos o no porque no veíamos movimiento en la casa, así que nos mandaron pasar a la juez de paz y a mí», manifestó la alcaldesa. La aparente normalidad en el exterior del domicilio familiar, sin signos de robo, aparentemente, ocultaba los cadáveres de la mujer y el hijo del finado en el interior, junto a la puerta. «Entramos, ellos (la Guardia Civil) todavía no habían llegado, y nada más pasar la puerta nos hemos encontrado con el hijo y la mujer muertos», indicó María Isabel Álvarez. «No les hemos tocado ni nada, porque ya tenían sus caras moradas, y en ese momento llegaron el médico y la enfermera del pueblo y nos dijeron que ya llevaban muertos un rato», aañadió.

Fue minutos después cuando la Policía Judicial comenzó la inspección ocular del domicilio. La subdelegada del Gobierno en Zamora, Clara San Damián, ofreció los primeros datos oficiales sobre el suceso, entre ellos las edades de las víctimas. «Continúan las inspecciones oculares en el lugar de los hechos y, por tanto, la información de la que dispone la Subdelegación es muy limitada, con muchas reservas y sin descartar absolutamente nada», declaró.

Por su parte, el delegado del Gobierno de España en Castilla y León, Ramiro Ruiz Medrano, lamentó el suceso y confirmó que el cadáver del padre fue encontrado con una herida de bala en la cabeza, y destacó que se descarta la participación de una tercera persona en este suceso.

Gente «integrada» que regresó a su tierra de Andalucía

«Gente muy normal, tranquila e integrada en la vida del pueblo, que habían regresado de Andalucía cuando se jubilaron», en donde el padre de familia había estado trabajando en una empresa de la construcción. Así definieron los vecinos a la familia. Aurelio Genicio, en declaraciones a la agencia Efe, recordó que la tarde anterior al suceso estuvo hablando con el matrimonio y no notó «nada extraño, estaban como siempre normales». Asimismo, señaló que tenía un contacto fluido con ellos y con el hijo, porque para llegar a las tierras en las que trabaja, «tenía que pasar por delante de su casa».