Soria

Los pueblos sorianos se abren a la venta y alquiler de casas para segunda residencia

El proyecto «Arraigo» busca atraer a familias de ciudades populosas de las regiones cercanas

Enrique Martínez, uno de los promotores de la iniciativa, junto a un cartel promocional con el que anima a alquilar o vender viviendas para su uso como segunda residencia
Enrique Martínez, uno de los promotores de la iniciativa, junto a un cartel promocional con el que anima a alquilar o vender viviendas para su uso como segunda residencialarazon

Los pueblos sorianos se abren a la venta y alquiler de casas para segunda residencia. Lo hacen de la mano del proyecto «Arraigo», que busca atraer a familias de las grandes ciudades de regiones cercanas (Madrid, Bilbao, Zaragoza, etc.) para que pasen en ellos sus vacaciones, puentes y fines de semana.

La iniciativa llega de la mano del ingeniero agrónomo Enrique Martínez y el aparejador Javier Hernández, quienes quieren reavivar las localidades de la comarca de Pinares de Soria y Burgos y la zona del Valle de Cebollera. Considerada la «Laponia de Europa» por muchos, debido a sus ocho habitantes por kilómetro cuadrado, la provincia soriana «necesita de medidas para revertir la diáspora vivida durante décadas», recalcan los creadores del proyecto.

Martínez resalta que «Arraigo» tiene un «marcado carácter social y humanista al tratar de vincular las aficiones, el saber y el conocimiento de las personas que habitan en el pueblo con el talento, las aficiones y las destrezas de las de ciudad», ya que «si ambas coinciden», dice, «será más fácil que echen raíces en los pequeños municipios».

«Vamos a crear bancos del tiempo. Los del pueblo pueden enseñar, por ejemplo, las rutas en bicicleta o los senderos de la zona y los de ciudad pueden crear clubes de lectura o impartir idiomas», explica Hernández.

Las casas se valoran del uno al diez,de tal forma, que del cinco para arriba es habitable y hacia abajo no lo es. Así, los nevos pobladores pueden escoger entre comprar o alquilar dos paredes con historia para construir su hogar, según sus gustos y necesidades, o una con todas las comodidades. A partir de la puesta en contacto, los interesados formalizan, sin tutela, el contrato.

Enrique Martínez asegura que el proyecto estimula las relaciones del pueblo y la ciudad, de tal manera que permite a los «urbanitas escaparse del ruido, la contaminación y el estrés que provocan las urbes y a los del pueblo ver como la localidad late de vida». Además, los promotores calculan que cada familia podría dejar al año 5.000 euros en los municipios.

El alcalde de Navaleno, Paulino Herrero, uno de los regidores interesados en «Arraigo», asegura que «ante la despoblación no se puede estar anestesiado» y «es hora de ponerse en marcha».

«Lo esencial en esta idea es que cuando los pueblos tengan gente de nuevo, no se vuelvan a despoblar por falta de servicios, y en eso las administraciones tienen mucho que decir», zanja.