Peñafiel rehabilita su casco histórico para atraer turistas y dinamizar la economía

El alcalde Roberto Díez comparte con LA RAZÓN algunos de los retos de futuro de la villa ribereña, que pasan, también, por crear una base industrial importante

La localidad vallisoletana de Peñafiel, en pleno corazón de la Ribera del Duero, respira vino por los cuatro costados. Rodeada de viñedos, esta Villa puede presumir también de su imponente castillo, sede del Museo Provincial del Vino. Una fortaleza medieval que abraza y protege desde lo alto a los vecinos y a los cada vez más turistas que se acercan a visitar las bodegas y restaurantes para degustar y disfrutar de su excelentes caldos y de su plato estrella en los fogones, el cordero lechal, pero también para conocer sus calles y plazas y su rico y variado patrimonio histórico y monumental. Conscientes de ello, el alcalde peñafielense, Roberto Díez, y su equipo de gobierno, se han puesto manos a la obra para aprovechar más y mejor este potencial turístico y dinamizar la economía local, afectada por la crisis y el paro, especialmente desde hace unos años tras el cierre de la azucarera por la reforma de la OCM del azúcar.

Y hace apenas una semana la Comisión de Patrimonio de Peñafiel daba luz verde al plan inicial de mejora y rehabilitación el casco histórico. Un ambicioso proyecto que aún debe aprobarse en el Pleno Municipal, preámbulo de lo que será el futuro ARCH (Área de Rehabilitación Integral del Casco Histórico) que el Ayuntamiento quiere acometer más pronto que tarde para, por un lado, mejorar la imagen de los edificios del casco antiguo del municipio, y, por el otro, dinamizar la economía local, en general, y el sector de la Construcción, en particular, canalizando fondos públicos del Ministerio y la Consejería de Fomento y facilitando el acceso a las ayudas a los propietarios que quieran participar. Así lo cree y así lo cuenta el primer edil peñafielense a La RAZÓN, quien considera vital que este proceso «sea lo más abierto posible para no encorsetar o limitar esas inversiones».

El turismo accesible es otra de las apuestas de Roberto Díez para crear empleo y riqueza en el pueblo. Varios de los recursos turísticos del municipio, como la Capilla de los Juan Manuel en San Pablo o el centro de interpretación Cosovisión, en la plaza de Coso, están adaptados para las personas con alguna discapacidad, ya sea física, visual o auditiva, al igual que algunas bodegas de la zona. «Queremos ser referentes en turismo accesible», señala el alcalde, mientras avanza que en los presupuestos de 2016 se destinarán 30.000 euros para seguir adaptando contenidos en el casco histórico, en el Museo de Arte Sacro e incluso en la Senda del Duero, que se ha convertido en otro de los recursos de ocio al alza en el municipio. Si bien, el alcalde tiene claro que la iniciativa privada tiene que implicarse y por eso hace un llamamiento a que recojan esa sensibilidad. «El turismo accesible tiene un largo recorrido, y aunque desde el Ayuntamiento podemos adaptar las infraestructuras y mejorar los equipamientos, si queremos que la gente compre en el pueblo y se quede a comer y a dormir es vital que la iniciativa privada se implique», señala el peñafielense Roberto Díez.

Desarrollo económico

Crear empleo estable a través de una industria potente en el municipio, es otro de los retos de futuro para el primer edil de Peñafiel. Para ello, recuerda que en la pasada legislatura se sacó adelante el PGOU del municipio con el que se recalificaron varios terrenos en el entorno de grandes empresas como Protos o Santiveri con el objetivo de que éstas puedan invertir y ampliar cuando la economía mejore. «La gente quiere trabajo, pero sobre todo estabilidad laboral», apunta, mientras reprocha las políticas de empleo llevadas a cabo por las administraciones en los últimos años basadas en ayudas para trabajos temporales de seis meses. «Es un parche y no la solución al paro. Nosotros trabajaremos para crear una base industrial sólida de crecimiento que genere actividad económica y empleo».

En emprendimiento, avanza que en febrero quiere que estén ya a disposición de quien quiera emprender las dos naves vivero públicas en los terrenos de la azucarera en régimen de arrendamiento bonificado. «La idea es que accedan a estos espacios, durante un tiempo aproximado de cuatro años, y en unas condiciones económicas ventajosas y accesibles para que puedan iniciar una actividad económica, consolidarla y hacerla crecer».