Religion
Ricardo Blázquez anima a las familias a permanecer en el amor y a vivir en la alegría
El cardenal arzobispo de Valladolid invita, también, a no ignorar o mirar de lado a los que padecen necesidad
bajo el lema, «¿Vivimos juntos o nos casamos?», la Iglesia de Valladolid lleva toda esta semana celebrando, a través de numerosas actividades culturales, sociales y religiosas, la edición número treinta de la Semana Diocesana de la Familia. Unas jornadas lúdicas y muy participativas, que culminaban ayer con un alegre y entretenido encuentro de familias cristianas el Seminario Diocesano de Valladolid. Una mañana, acompañada por el buen tiempo y un sol brillando en todo lo alto, en el que hubo teatro, animaciones a cargo de profesores de Religión y alumnos del Seminario, monólogos y diversos juegos para niños y las familias.
El vicario general de la Archidiócesis de Valladolid, Luis Argüello, destacaba a LA RAZÓN la gran acogida que han tenido estas jornadas toda la semana, en las que se ha hablado y analizado la preparación al matrimonio desde una visión remota de la educación afectiva y sexual de los jóvenes, desde el noviazgo y también desde los cursillos prematrimoniales. Argüello señalaba que Iglesia es «la familia de las familias» y, ante las dificultades de hoy, lanzaba un mensaje a las familias cristianas: «Sé lo que eres».
También se concelebraba una Eucaristía que presidía el cardenal arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, que congregaba a decenas de familias y fieles en la capilla del Seminario. En su homilía, monseñor Blázquez pedía por todas las familias, especialmente por las que están atravesando dificultades. Y recordaba la importancia de la vocación cristiana, pero también y sobre todo la del matrimonio y la de la familia. «Es una vocación preciosa», decía el también presidente de los obispos españoles, para quien el casarse con la persona que amas ayuda también a descubrir la vocación y la misión de la familia cristiana. El prelado advertía asimismo de que en el amor también hay falsificaciones y que a veces «llamamos amor a cualquier cosa». Y parafraseaba al Apóstol San Pablo en su primera carta al recordar que en el amor «se concentra lo que Dios pide de nosotros». «Quiere que nos amemos, que nos ayudemos, y que no pasemos y miremos de lado a los que padecen necesidad», apuntaba Blázquez, para quien el amor cristiano tiene una identificación: «nadie tiene amor más grande que el que da la vida por los amigos».
Entrega, generosidad y sacrificio
Monseñor Blázquez insistía en que el amor verdadero es el del que ayuda a la persona amada con sacrificios. Y animaba a las familias a permanecer en él y a vivir en la alegría. «El amor -continuaba- siempre lleva consigo entrega, generosidad y sacrificio, y por eso debe pasar a las obras y ser una mano tendida al que precisa de nuestra colaboración».
Además, destacaba que amor y alegría van unidos, «porque cuando se descubre el amor nace también un sentimiento de gozo y cuando éste madura crece también el gozo y la alegría en la pareja por estar juntos». Pero también se preguntaba si puede haber crisis en el amor, a lo que Ricardo Blázquez respondía que sí, que puede haberla, pero que dicha crisis «no es una catástrofe sino un aliciente para que el amor reviva así como el gozo por su reconstrucción». «En el Evangelio se dice que el amor hay que rescatarlo y no dejar que las realidades le roben el nombre», decía el también presidente de los obispos españoles, tras finalizar su homilía recordando que la foto que mejor representa el amor es la de Jesús entregando su vida por nosotros en la cruz, y pidiendo a las familias cristianas que en estos momentos «necesitamos de vuestro consuelo y misericordia».
✕
Accede a tu cuenta para comentar