30 años con seis cuerdas

La guitarra responde siempre a la rabia, el nervio, la caricia, el pulso, la ternura, el amor de la mano, por eso es el instrumento que más se parece a la voz, que más se parece al grito. Gritos de angustia, de pasión, de miedo, de asco, de deseo, tanto da. La guitarra es siempre sonido de urgencia, de desesperación, de reclamo, y por eso es el instrumento por excelencia del siglo XX. Todos aquellos que logran domar el grito, que saben dirigirlo, todos esos guitarristas de talento feroz han de considerarse como semi dioses o demiurgos, pues todos podemos gritar, pero si podemos gritar y que encima las cosas ocurran, que los demás griten con nosotros, eso ya es un superpoder.

En 1989 nacía un nuevo festival bajo el reclamo del poder de seducción de las seis cuerdas. Era el Festival de Guitarra de Barcelona, que en su 30 aniversario quiere seguir siendo tan relevante como siempre. Y lo es. Dicen que los jóvenes ya no compran guitarras, pero al mismo tiempo confirman que las jóvenes nunca habían comprado más guitarras en toda la historia. la contradicción es de una violencia insultante. ¿Acaso los patrones patriarcales dominan tanto que hasta intentan borrar de la ecuación el hecho de que la guitarra, siempre instrumento en femenino, por fin ha encontrado su verdadero dueño? Las mujeres han copado las guitarras, por lo tanto es el instrumento más relevante y moderno de la actualidad. Las cajas de ritmos y los ordenadores son instrumentos cosificadores del siglo pasado.

El 31 de enero arranca un festival con Fito Páez en el Auditori sólo al piano. ¿Es una contradicción que un festival de guitarra arranque con un piano? No, porque la guitarra, como hemos visto, no es un instrumento, es un superpoder que afecta como se interpretan el resto. Por eso un festival de guitarra que no incluya absolutamente todo no es un festival de guitarra.

En estos 30 años, el festival ha visto más de 700 conciertos y su vigencia es tal que en las últimas tres ediciones ha convocado a más de 50.000 personas, con un índice de ocupación de más del 90 por ciento. Sólo este año ya hay 25.000 entradas vendidas, con múltiples conciertos con las entradas agotadas, como los de Joan Dausà, Sidecars o Leiva, que ha anunciado una nueva cita el 26 de mayo en el Sant Jordi Club.

Dentro de las grandes estrelas de este año destaca Ketama, en su regreso a los escenarios después de 14 años de separación. Ha pasado tanto tiempo que estos renovadores del flamenco ya tocaron en el Festival de Guitarra a principios de los 90. «Cuando los ortodoxos nos daban por todos los lados, en Cataluña nos demostraban todo el cariño del mundo. Fueron principios difíciles, pero en el festival nos demostraban que aquí se aceptaba y entendía lo que hacíamos. No sé si somos los Rosalía de los 90, pero siempre hemos intentado llevar la tradición a otro lado», comenta Antonio Ketama.

Muchos regresos

El festival prepara momentos muy emotivos, como el homenaje a Aute con artistas como De Pedro, Els Amics de les Arts, Estopa, Jaume Sisa, Maria del Mar Bonet o Quique González, entre muchos otros. Los beneficios del concierto , que será el 2 de febrero en el Auditori del Fórum, irán a parar a la familia del mítico cantautor. Otro regreso notable será el de Javier Álvarez, el 28 de febrero en la sala Luz de Gas. Presentará «10», su nuevo disco, después de una década sin publicar nada. «Estoy celebrando mis 50 vueltas bajo el sol y creo que estoy en el mejor momento de mi vida. Mi carrera ha ido un poco a la inversa, porque mi primer disco pegó un pelotazo que me fue difícil digerir y desde entonces heido recolocándome. He vivido en Barcelona y poder presentar mis nuevas canciones en el GuitarBCn me hace mucha ilusión», asegura.

La novedad de este año será el mini festival «Paral·leles», que unirá la Sala Barts con el Apolo. El 22 de marzo se unirán sus cuatro escenarios con lo último de las músicas urbanas y los sonidos deshinibidos con Miranda!, Putochinomaricón, Ultraplayback, Ladilla Rusa, Los Ganglios, Brisa Fenoy o Chica Barata.