Arte, Cultura y Espectáculos
80 años sin Josep Maria Planes
Es uno de los grandes nombres del periodismo catalán del siglo pasado y fue asesinado un día como el de hoy por su compromiso con informar.
Siete tiros en la cabeza fueron los necesarios para acabar, un día como hoy de 1936, con la vida de uno de los principales periodistas catalanes del siglo pasado. Fue en Barcelona, en la carretera de la Rabassada, donde hace ochenta años asesinaron a Josep Maria Planes. Hoy se le recordará en su Manresa natal, donde se le dedica diversas actividades a lo largo de este año, y está previsto que próximamente se coloque una placa en la Rabassada.
Pese a morir con 29 años, Planes había tenido tiempo de dirigir la revista «Imatges» y el semanario «El Be Negre», además de autor de títulos como «El gangsters de Barcelona» y «Nits de Barcelona». Pero había en este reportero, ante todo, un compromiso por contar la realidad. Pero ha costado mucho poder reivindicar su figura y su obra. Eso es algo que sabe muy bien Jordi Finestres, responsable de «Josep M. Planes. Set trets al periodisme a la Rabassada», el más completo y riguroso estudio sobre el personaje. Finestres cree que Planes fue «incómodo para todos y tras su muerte nadie lo hacía suyo porque no lo reivindicaban ni los unos, ni los otros».
Cuando el periodista es detenido por una patrulla de la FAI había cometido antes el error de salir al balcón a fumar, siendo identificado. «Cometió esa temeridad. Estaba tratando de buscar salir a Francia, pero no pudo. Se vengaron de él porque lo que había escrito, especialmente su investigación sobre la muerte de los hermanos Miquel y Josep Badia», aclaró Finestres.
Catalanista y republicano convencido fue para su biógrafo «un pionero del periodismo de investigación, de ese periodismo que quiere saber la verdad, todo ello empleando un lenguaje muy vivo». Un buen ejemplo de ello es, como se apuntaba más arriba, es la serie de reportajes en los que trata de aclarar las circunstancias de los hermanos Badia, militantes de Estat Català. «Esa investigación es su sentencia de muerte. Denuncia la infiltración del pistolerismo y de mayo a julio ofrece varias entregas de lo que descubre, ahondando en todo lo que hay detrás en aquellas muertes», aclara el especialista. Tal era el interés por su labor que sus reportajes eran anunciados con grandes carteles por Barcelona, como si se tratara de un acontecimiento y, en realidad, sí que lo era.
También había en Planes una obsesión por observarlo todo, por apuntar todo lo que ocurre a su alrededor, no solamente lo vinculado a los grandes nombres. Un buen ejemplo de esa labor lo tenemos en las páginas de «Nits de Barcelona», un delicioso libro con sus crónicas de la vida nocturna en la capital catalana y que originalmente aparecieron en «La Noche» y «Mirador». El volumen, aparecido en 1931, es, en palabras de Jordi Finestres, «un retrato perfecto de la época y donde encontramos todo tipo de personas con sus luces y sus sombras, desde los clientes de los locales a las prostitutas».
Referente en el mundo intelectual de su tiempo, Planes consiguió el aplauso de nombres como Josep Maria de Sagarra, Eugeni Xammar, J.V. Foi o Josep Pla, de quien Planes dijo que era «un terrible campió del sentit comú». Su biógrafo, que comenzó a saber de Planes gracias a Tísner, uno de sus mejores amigos, sostiene que el periodista asesinado «cautiva y es un acto de justicia el poder recuperar su obra y su justicia».
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