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Alejandro, el barroco

El contratenor Xavier Sabata lleva al Festival de Peralada un recital con obras que fueron inspiradas por el gran conquistador, de Händel a Mancini

El contratenor Xavier Sabata
El contratenor Xavier Sabatalarazon

El contratenor Xavier Sabata lleva al Festival de Peralada un recital con obras que fueron inspiradas por el gran conquistador, de Händel a Mancini.

Alejandro Magno, hijo de Filipo II, rey de Macedonia, conquistador de Persia, vergudo de sus enemigos y discípulo privilegiado de Aristóteles. Alejandro el grande, el valiente y sagaz hombre de espada regia y mando supremo, criado para comandar el mundo. Alejandro Magno, el victorioso, el divino, cuyo reinado de trece años abrió el camino del gran intercambio cultural. Alejandro el de los dos cuernos, bajo cuya sombra se fraguaron emperadores como Julio César o Napoleón. Alejandro, inspirador de poetas y músicos y artistas y cineastas. Alejandro, un mito arrollador, que era, como el resto, sólo un hombre. Murió traicionado, en extrañas circunstancias, de un posible envenenamiento. Enterrado envuelto de oro, su leyenda no ha dejado de crecer, y ahora el contratenor Xavier Sabata nos lo descubre como Alejandro, el barroco.

El Festival de Peralada acoge este domingo «Alexandre el Gran, l’home que va conquerir el món», recital en que Sabata recupera once arias de óperas barrocas cuyos libretos estaban inspirados en la vida del conquistador. Desde piezas de Steffani o Mancini a Leonardo Leo y Händel, el recital dibuja el mito alrededor de Alejandro y busca, sobre todo, descubrir sus miedos y fragilidades. «Es un personaje que me cae simpático, una persona que desde muy joven estaba destinado a la grandeza, pero he querido enfatizar más su lado humano. Cuando escuchas un aria de sus conquistas, la siguiente suena más o menos igual, pero su lado más íntimo ayuda a profundizar más en el personaje. Hay muchos Alejandros, pero el mío es el más enamorado y frágil», comenta Sabata, que repite en Peralada después del recital dedicado a Orlando en la edición de hace dos años.

La selección de las piezas ha sido compleja porque hay muchas obras dedicadas al personaje. Sabata ha investigado y estudiado más de 50 partituras. El resultado final es todo un acontecimiento musical porque el 60 por ciento de lo que cantará nunca ha sido interpretado en tiempos modernos. «Sabata se ha convertido en el Indiana Jones de los contratenores, siempre en busca del nuevo descubrimiento», señala Oriol Aguilà, director del Festival de Peralada.

De Mancini a Händel

El recital comienza de forma cronológica, con la obertura de «La superbia d’Alessandro», de Alessandro Steffani, de 1690. Luego le sigue «Abdolomino», de Giovanni Battista Bononcini y así hasta una docena de arias que configuran una especie de puzzle donde el Alejandro más complejo sale resaltado. «No he querido hacer una narrativa argumental sobre su via, sino hacer que el público comience un viaje por las diferentes atmósferas y emociones del gran hombre para que entiendan mejor al personaje», dice Sabata.

Junto al contratenor estará la Capella Cracoviensis bajo la dirección de Jan Romasz Adamus para crear el ambiente más cercano al barroco original que se pueda. «Deberían hacerse muchas más óperas barrocas, pero deberían hacerse bien. La gente dice que son muy largas, retóricas, pero eso es porque han visto una adaptación sin especialistas o intrumentos de época, y se pierde la conexión», afirma Sabata.

El recital es un estreno absoluto que luego viajará a Cracovia y que en octubre se grabará en disco. A partir de aquí espera recuperar el proyecto en el futuro, tras unos meses intensos de documentación con su musicólogo habitual. «He descubierto a músicos que desconocía, con un material que ha acabado por desbordarme. Los que nos dedicamos a la música histórica tenemos el deber moral de no dejar morir estas piezas y combatir el establishmente, que parece decir que sólo se ha hecho música en los últimos 200 años», señala el artista.

Sabata aplaude que en los últimos años la figura del contratenor ha ganado reconocimiento y ya no es sólo una anécdota colorista, «Hemos ganado mucha credibilidad. Hoy en día hay cantantes para poder ejecutar cualquier papel de “castrati”, tanto para hacer las notas más graves como las más agudas», comentó, asegurando que la prueba está en que en la ópera contemporánea siempre hay un importante papel para un contratenor.