Cataluña
El jefe de los Mossos se negó a dimitir como exigió Torra
El presidente de la Generalitat reclama el cese de algún responsable policial para satisfacer a los sectores más radicales del independentismo.
El presidente de la Generalitat reclama el cese de algún responsable policial para satisfacer a los sectores más radicales del independentismo.
Las violentas protestas que se han registrado en Cataluña durante las últimas 72 horas han puesto en el ojo del huracán al conseller de Interior, Miquel Buch. El responsable del departamento se ha convertido en el principal centro de todas las críticas del independentismo más radical tras las actuaciones de los Mossos d’Esquadra, una circunstancia que ha empujado a Quim Torra a exigir responsabilidades a Buch. Una maniobra del presidente dirigida a complacer a estos sectores más exaltados del separatismo. En este sentido, el líder del Ejecutivo catalán pidió ayer la dimisión del propio conseller o, como alternativa, el cese de algún responsable policial –en este caso, las miradas se posaron sobre el comisario jefe, Eduard Sallent–, según explican fuentes del Gobierno catalán.
El conseller, lejos de acceder a estas exigencias, se plantó en una reunión que mantuvo con el president a primera hora de la mañana en el Palau de la Generalitat. En ese encuentro también estuvieron presentes el vicepresidente económico, Pere Aragonès, y la portavoz del Govern, Meritxell Budó. Buch, tras recibir estas exigencias, se marchó del encuentro, según explican las mismas fuentes. Un desencuentro entre Buch y Torra que no ha hecho más que acentuar sus diferencias. El conseller, más tarde, se reunió con su propio equipo y trasladó esta propuesta a Sallent, que se negó a aceptarla. De hecho, Sallent exigió que, en todo caso, le cesaran porque no se iba a marchar por iniciativa propia.
En una comparecencia de prensa por la tarde, Buch relativizó los rumores que circulaban sobre su posible dimisión, ya que es un escenario que había estado sobrevolando toda la jornada. En este sentido, aseguró que «forma parte de lo que podría ser una normalidad», ya que es algo que, según recordó, ha ocurrido con los últimos responsables del departamento de Interior. En este sentido, dijo que, una vez se disuelva este estado de tensión, dará las explicaciones oportunas ante el Parlament. Y es que las peticiones de que dimita se han multiplicado durante las últimas horas, tanto desde el propio independentismo, como, por ejemplo, de otras fuerzas, como el partido de Colau. Buch, lejos de acceder y renunciar al cargo, evitó ese asunto durante la comparecencia de prensa y cerró filas con los Mossos d’Esquadra.
En este sentido, no hizo ninguna autocrítica por las cargas policiales debido a las protestas de los CDR. Buch en ningún momento mostró ninguna intención de dimitir, y básicamente se limitó a respaldar la actuación de los Mossos, pese al evidente divorcio entre el Cuerpo y el Departamento. «La defensa de la libertad no necesita el lanzamiento de objetos, porque todo tiene que ser pacífico», espetó. Añadió que la «policía es una señal de identidad, y ahora todo se ha canalizado en las concentraciones, se han tratado de actos sin sentido que no nos representan, lo que tenemos que hacer es aislar a los violentos». También defendió al president de la Generalitat, Quim Torra, al asegurar que «condenó los actos».
Buch también alertó de que los Mossos prevén «brotes de violencia» en otras manifestaciones, como las de ayer en la capital catalana, que se saldó con diversos incendios y la quema de varios vehículos –se contabilizaron hasta ocho al cierre de esta edición– en las calles adyacentes a la plaza Tetúan. Barcelona, fue, de nuevo ayer, el epicentro de las protestas del independentismo, encabezados por los CDR.
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