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Barcelona

Castellet en sus documentos

Castellet en sus documentos larazon

El editor y escritor Josep Maria Castellet fue ayer despedido en un funeral que se celebró por la mañana en el tanatorio de Sant Gervasi de Barcelona. Tras él queda un legado literario valiosísimo, una de las más destacadas obras editoriales que se han realizado en Cataluña en la segunda mitad del siglo XX y a la que hay que sumar sus inteligentes libros de memorias y crítica literaria. Pero si queremos ir un poco más lejos, podemos también buscar la huella de Castellet en archivos de autores que lo trataron. Es en esos documentos donde también se puede apreciar si interés por la cultura y su divulgación. Este diario ha buscado a Castellet en tres bibliotecas en las que se puede profundizar un poco en su amistad con nombres que trató bien, como Néstor Luján, Josep Vergés, Josep Tarradellas y José Agustín Goytisolo.

Este viaje literario se inicia entre los papeles personales del escritor Néstor Luján, en 1968, director de la mítica revista «Destino». En la correspondencia, conservada como la de Vergés en la Biblioteca de Cataluña, solamente aparece una misiva de Castellet, con papel de carta de su domicilio en la calle Roger de Flor de 215, y respondiendo a la invitación para colaborar en las páginas de «Destino»: «Estimat Néstor, gràcies per la teva proposta de col·laboració. Naturalment, accepto. Però m'agradaria que els temes no fossin només de la meva elecció, sinó discutir-los prèviament amb tu. Per tant, quedo a la teva disposició per quan creguis convenient que en parlem. Una abraçada, Josep M. Castellet». Pese a las buenas intenciones del editor catalán, la colaboración en la publicación dirigida por Vergés no pasó de ser un proyecto, aunque no faltan las referencias a su figura en artículos dedicados a Pere Gimferrer o Salvador Espriu.

Sí que se concretó mucho más una de las grandes empresas editoriales desde el sello que creó. En una carta enviada a Josep Vergés, su compañero en Destino. En ella se refiere a la puesta en marcha de lo que sería la colección «Les millors obres de la literatura catalana», en aquel momento pensada como una selección de un centenar de títulos clásicos e imprescindibles. Con membrete de Edicions 62 escribió: «Benvolgut amic, T'adjunto una llista provisional per a la col·lecció Popular de la qual vam parlar. Estudia-te-la i jo et trucaré la setmana vinent, per tal de veure'ns un dia. Em va dir Salvador Casanovas que li agradaria d'assistir a la reunió, per la qual cosa convindria avisar-lo, si et sembla bé. Una abraçada, J. M. Castellet». Junto a la carta, en el fondo Vergés se encuentra el listado mandado por Castellet para la colección y que nos da una impresión de su gran olfato editorial. Hay una primera serie formada por una veintena de títulos desde la Edad Media hasta el siglo XVIII, todos ellos imprescindibles como «Lo somni» de Ramon Llull, «Tirant lo Blanc» de Joanot Martorell, «Curial e Güelfa» o una antología de la poesía medieval preparada por Martí de Riquer. La selección para el XIX, desde el Romanticismo hasta el Modernismo, abarca una treintena de libros encabezados por una antolgogía de la poesía catalana del XIX por Joaquim Molas. En esta lista se nombra a Verdaguer («L'Atlàntida», «Canigó» y «En defensa pròpia»), Oller ( «La febre d'or», «La bogeria « y «Pilar Prim») o Rusiñol («L'auca del senyor Esteve»). Pero es el siglo XX el que centró un mayor interés en la primera propuesta de Castellet, con hasta medio centenar de propuestas y que corroboran su amplitud de miras al tener en cuenta a Sagarra, Pedrolo, Porcel, Rodoreda o Pla.

En otro fondo documental, el Archivo Montserrat Tarradellas, en el monasterio de Poblet, se puede consultar la correspondencia cruzada entre Castellet y quien fuera presidente de la Generalitat, Josep Tarradellas. Son unos setenta documentos que cubren tres periodos de la vida del político: exilio, regreso como president y posterior retiro. De esta manera podemos conocer, por ejemplo, el papel del editor como consejero de Tarradellas. Así lo demuestra una carta de este último, escrita el 15 de julio de 1976, casi un año antes de su triunfal regreso. Apuntaba Tarradellas: «Aprofito aquesta avinantesa per a expressar-vos una vegada més el meu cordial reconeixement per la vostra confiança i pels vostres lucids i patriotics consells que es troben claraments expressats en els sentiments i anhels que he fet conèixer».

En el mismo archivo se guarda una orden del político del 29 de mayo de 1977. en ella nombra a Josep Maria Castellet como miembro del organismo consultivo de la presidencia de la Generalitat de Cataluña en tanto que Delegado directamente elegido por el President. Es la demostración del apoyo entre los dos amigos.