Podemos

Colau quiere recuperar la simbología republicana del obelisco de Paseo de Gràcia

El Consistorio baraja cambiar el nombre a la plaza Juan Carlos I

Momento de la última transformación del obelisco de paseo de Gracia que en 2011 sustituyó la estatua de Francesc Marès
Momento de la última transformación del obelisco de paseo de Gracia que en 2011 sustituyó la estatua de Francesc Marèslarazon

El «tunning» de monumentos empezado por la ley de la Memoria Histórica ha encontrado en el obelisco del cruce entre paseo de Gracia y la Diagonal su máxima expresión. El conocido como «lápiz» pasó de monumento republicano a exaltación franquista a homenaje a la corona y Juan Carlos I, bautizando a la plaza con su nombre, y ahora el nuevo Ayuntamiento de Ada Colau parece decidido a devolverle a su origen, siendo el monumento más manipulado de todo el mapa urbano de Barcelona. Si en 2056 gobierna una nueva especie de monos hiperinteligentes seguro que también querrán hacerla suya y poner la estatua de un gorila presidiéndola.

En 2011 ya se retiró la estatua de Frederic Marès, una efigie femenina de bronce con un laurel en la mano derecha y una pequeña victoria alada en la izquiera, que se colocó tras la Guerra Civil, sustituyendo a la original de Josep Viladomat, el plan del nuevo ayuntamiento es ahora recuperar la estatua de Viladomat, así como volver a colocar un medallón dedicado a Pi i Maragall. Primero fue el obelisco de la república, luego el de la victoria, después el de la libertad, y ahora la república parece que volverá a recuperar su propiedad intelectual.

Un proyecto complejo

La Comissió de la Dignitat insistió ayer en la necesidad de borrar cualquier signo franquista que todavía quede en la base del obelisco y restituir el homenaje a Pi i Maragall, así como la estatua republicana que ahora descansa en la plaza Llucmajor de Nou Barris. «Es un monumento que se erigió por la voluntad popular», señaló Josep Cruanyes, portavoz de la Comissió, asegurando que la acción se enmarca en la campaña para restituir los monumentos en su día retirados u modificados. La voluntad es que el proyecto llegue a su fin en un máximo de un año. La encargada de desarrollar el proyecto, la arquitecta Cristina Álvarez, repasó ayer aquellos elementos que deben desaparecer, como parte del remate del obelisco. La arquitecta destacó la calidad de los materiales del monumento, provenientes de distintas canteras de Cataluña y dos particularidades: la construcción de la columna en hormigón armado y hueca en su interior, y la situación del pararrayos, escondido en la escultura que se prevé reponer.

Con la llegada de la democracia, ya se quitó la placa en honor a la victoria franquista y la sustituyó por otra en homenaje a la Casa Real, bautizando la intersección como plaza Juan Carlos I. La idea sería incluso rebautizar la plaza como de la República. El primer teniente de alcalde del ayuntamiento de Colau, Gerardo Pisarello, ya expresó la idea de que la Monarquía está «sobrerrepresentada». Por su parte, el líder del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Alberto Fernández, aseguró que «el monolito, tras 32 años de Ayuntamientos democráticos, carece de connotaciones políticas y forma parte de la indiosincracia barcelonesa». En todo caso, parece que la voluntad de recuperar todo símbolo republicano es clara.