La Generalitat elabora un nuevo protocolo para obtener un mayor control de los monitores.

Según datos de los Mossos d’Esquadra, en 2015 se interpusieron en Cataluña un total de 413 denuncias por abusos sexuales a menores, mientras que en 2016 fueron 713, lo que significa un incremento del 68,5 por ciento. Un aumento que es grave, por lo que la dirección general de Juventud de la Generalitat ha renovado el protocolo y editado una guía para la prevención de este tipo de delitos.

sector docente

Se llama «Protocolo de prevención de abusos sexuales en el ámbito del ocio», y va dirigido, sobre todo al sector docente, en cualquiera de sus ámbitos, incluyendo los «esplais» y las colonias. Cabe destacar que el último caso destapado es el de un profesor de la escuela Vedruna, lo que alertó a a las autoridades y también a este sector.

Una de las principales novedades de este protocolo es que habrá dos monitores en las colonias durmiendo cada noche con los niños, no uno, y las parejas se tendrán que ir cambiando. También se hace referencia por ejemplo al uso de los lavabos, a los que se aconseja ir siempre en grupo. De esta manera, se recomienda que haya siempre más de dos menores y un monitor en el aseo. Todos estos consejos son muy parecidos por franjas de edad, aunque lógicamente se intensifica en el caso de los más pequeños.

Pero el protocolo incluye más consejos. Cualquier conversación o entrevista tendrá que realizarse en un lugar que sea visible desde el exterior. También evitar la entrega de regalos, como imágenes u objetos personales que puedan confundir la relación afectiva con los niños, adolescentes y todo tipo de personas con alguna discapacidad. Tampoco se podrá pedir cualquier tipo de información telefónica o de correos electrónicos sin el consentimiento de los padres, y lo mismo sucede con el uso de las redes sociales.

Se creará una nueva figura, que es el Agente Asesor de Protección sobre Abusos Sexuales, y tendrá que estar presente en cada entidad de ocio de primer nivel. Se ha creado a partir de este protocolo, y será la persona referente para asesorar a directores o monitores en casos de sospechas de abusos, o posibles detecciones y denuncias de conductas abusivas, que puedan sufrir las personas que participan en este tipo de actividades.

Respecto a la edad de las víctimas, el momento de mayor riesgo parece situarse en la etapa preadolescente, en la franja comprendida entre los ocho y doce años. Por sexos, las niñas son las que sufren más abusos. No obstante, el protocolo indica que los niños son más vergonzosos a la hora de denunciar estos hechos, por lo que pueden haber más casos de los detectados hasta ahora. Y también en general. Más de medio millón de menores participan cada año en este tipo de actividades, normalmente en verano.

consecuencias

Los efectos que tienen este tipo de abusos en los menores pueden ser muy graves, incluso irrecuperables, e incluyen miedos y fobias, desconfianza, depresión, niveles elevados de ansiedad, baja autoestima, sentimiento de culpa y verguenza.

También existe la sensación de estigmatización, rechazo al propio cuerpo y problemas con conciliar el sueño. Además, puede afectar al rendimiento académico de los niños.