Derecho a aclararse

Para ejercer el derecho a decidir previamente se debe practicar el derecho a aclararse. Para tomar una decisión personal previamente reflexionamos ponderando pros y contras, en suma, nos aclaramos y configuramos un posible camino a recorrer. Lo mismo sucede si quien quiere aclarase son más de una persona, ya sean estas una pareja, una familia, un grupo, una entidad, un pueblo o una nación. No obstante, aclarase no es decidir. Cuando nuestra opción afecta e implica a otras personas se inicia otro proceso. Hay que exponerla, negociarla y acordarla con ese entorno afectado. Cuando concluye el proceso negociador, y eso sólo ocurre cuando TODAS las partes aceptamos las conclusiones, es entonces cuando se decide.

Trasladar ese método a nuestro especial momento, significa que ahora toca aclararnos, no decidir. Aclararnos significa que se sepa, y sepamos, si hay una mayoría de la ciudadanía en Catalunya que quiere iniciar un proceso de separación del resto de España, o no. No fuera cosa que a pesar de todo lo que se publica, la opinión pública fuera otra. Y para saberlo no hay otro sistema que una respuesta, inequívoca, legal y democrática, a una pregunta clara a los catalanes. Clara, no sólo en su redacción, sino también en lo que significa y acarrea. No podremos aclararnos sin conocer qué modelo de sociedad, de derechos sociales, de economía, de democracia supondría ese cambio y también cómo se llevaría a cabo, porque ni vivimos solos en el mundo.

En todo caso, ese proceso de clarificación no sería el final, sino el principio de la toma de decisión. Y en esa decisión final participarían todas las partes, también el resto de España.