Cataluña
Duran concluye que el proyecto compartido de Convergència i Unió no puede ser «eterno»
Las pistas que indican que la federación de Convergència i Unió descuenta los días para poner fin a su histórica relación continúan acumulándose. «CiU es un gran invento y no sería bueno que se rompiera. Defiendo su vigencia, pero no la eternidad», afirmó ayer el líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, a través de su cuenta de Twitter. Duran Lleida está cada vez más disconforme con el rumbo que está tomando Convergència, cada vez más próxima a ERC, y no piensa morderse la lengua todo el tiempo, ya que no está de acuerdo con que el proceso acabe con una declaración de independencia en el Parlament.
«La independencia es muy difícil, o prácticamente imposible, si se entiende como tal la normalización u homologación como Estado independiente con estatus internacional y siendo miembro de la UE», subrayó el líder de Unió, que siempre se ha desmarcado del proyecto secesionista y particularmente de los procedimientos para su proclamación unilateral. «Es cierto que el problema político existe y que la declaración unilateral de independencia, de la que no soy personalmente partidario, puede producirse. Si bien no resolvería los problemas de Cataluña, complicaría la vida en España», advirtió.
Con este aviso, Duran intentó que el Gobierno mueva ficha para posibilitar una salida al desafío soberanista, pero observa que Mariano Rajoy no está dispuesto a autorizar una consulta y teme que el problema político vaya en aumento.
Con el fin de que que el presidente del Gobierno aborde la cuestión catalana, el líder de Unió le aconsejó que «no se tome con tanta superioridad y pasividad la cuestión catalana» porque «si bien una declaración unilateral a nosotros no nos llevaría a ninguna parte, España tendría también graves problemas» porque «afectaría claramente a la estabilidad política», «crearía desconfianza y tendría a corto plazo efectos muy negativos para una economía que está bajo observación».
Las observaciones del líder de Unió no hacen más que reflejar una decidida búsqueda de la «tercera vía» que Duran defiende para dejar atrás la Cataluña autonómica sin llegar a la independencia. El problema es que sus socios de Convergència no defienden esta tesis y que sólo el PSC ha mostrado su simpatía.
El choque con Mas
Pese a todas las discrepancias, nadie en Convergència i Unió quiere precipitar por el momento el fin de la federación nacionalista. El propio Artur Mas trató de no polemizar ayer con Duran por el informe de agravios elaborada por la Generalitat para enviarlo al Gobierno. Mas destacó que los consellers de Unióparticiparon activamente en el documento sobre incumplimientos del Estado con Cataluña. «Se había trabajado con todo el mundo este informe por parte del Gobierno», afirmó Mas en declaraciones desde Sort (Lleida), tras reunirse con alcaldes y empresarios afectados por las riadas que en junio afectaron a la comarca del Pallars Sobirà. Y subrayó particularmente el papel de la vicepresidenta y dirigente de UDC, Joana Ortega, en el informe «de una manera muy especial y principal».
asd
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