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Ed Harris: «Pido disculpas por el gobierno de mi país, me siento avergonzado»

El actor recibe en el Festival de cine Fantástico de Sitges el Premio Honorífico por una trayectoria con más de 60 películas a sus espaldas

Ed Harris ayer en Sitges poco antes de recibir el galardón del festival
Ed Harris ayer en Sitges poco antes de recibir el galardón del festivallarazon

El actor recibe en el Festival de cine Fantástico de Sitges el Premio Honorífico por una trayectoria con más de 60 películas a sus espaldas.

Ed Harris es un actor que no deja indiferente, una de esas presencias que consiguen transmitir la dignidad del hombre medio, el honor del hombre marcado, la valentía furiosa del que no tiene nada que perder porque ya lo ha perdido todo. Tanto da que sea en «blockbusters» como «La roca», «Apolo 13» o «Abyss», como en películas de prestigio como «Adiós pequeña adiós», «El show de Truman» o «Una historia de violencia», una de las pocas de su trayectoria que interpreta a un malo malísimo sin aristas.

Lo que está claro es que tiene una idea muy concreta de sí mismo y no quiere traicionarla. Nunca ha ocultado su posicionamiento político, mucho más a la izquierda de lo normal incluso en la fauna liberal que domina Hollywood. Por ejemplo, él fue uno de los pocos que no se levantó a aplaudir a Elia Kazan, acusado de «chivato» en la célebre caza de brujas MCCarthiana, cuando le otorgaron el oscar honorífico. Y no es extraño que ayer en Sitges dejase clara su postura sobre Trump y la nueva américa conservadora. «Me siento triste y avergonzado de nuestro actual gobierno de los Estados Unidos y sólo me queda pedir disculpas», señaló el actor.

Harris fue el gran protagonista de la penúltima jornada del Festival Internacional de Cine Fantásitico de Sitges, que ayer le otorgó con todo merecimiento su gran Premio Honorífico. La suya fue una de esas presencias que dejan huella. Envejecido, pero de ojos fieros, contestó con amabilidad a todas las preguntas con esa gravedad en la voz que consigue obligarte a escuchar con atención, como si no hacerlo corrieses el riesgo de perderte la mejor escena de la película.

A lo largo de sus casi 50 años de carrera cinematográfica, Harris ha rodado unas 80 películas, entre ellas «El show de Truman», a la que ayer rindió homenaje el Festival de Sitges con una proyección a la que asistieron su director, Peter Weir, y el propio Harris, que en este mítico filme interpreta a Christof, el creador de la falsa realidad en la que vive el protagonista. Su gran talento coniguió que su personaje, en realidad detestable, consiguiese despertar gran patetismo y ternuca gracias a la enfatización de la relación paterno filial de un Jim Carrey también excelente.

Como director, la carrera de Harris no es tan prolífica como la de actor, con solo dos películas «Pollock» y «Appaloosa», si bien ahora tiene entre manos otro proyecto: la versión cinematográfica del libro «The Ploughmen», de Kim Zupan, «una historia oscura, muy centrada en los personajes», de la que ya tiene los derechos. «No ruedo como director desde hace ocho o nueve años, y desde entonces estoy buscando una nueva historia, pero dos que me interesaban no pudieron ser porque no conseguí los derechos, espero que esta vez pueda ser. Me encanta dirigir y me gustaría hacer alguna película más antes de dejar este mundo», señaló.

Su amor por la actuación nació muy joven, cuando vio en escena una versión dinámica de «Tartufo» de Molière. A partir de aquí ser actor se convirtió en una obsesión a la que cayó con todo el placer del mundo. «Ser actor es una manera de vivir, una forma de mirar el mundo y una forma de existir que te permite crecer como persona después de cada personaje. Porque no se puede crecer como actor si no creces como persona», aseguró.

De toda su filmografía, las dos películas que más trabajo le dieron, por la complejidad de los personajes y la entrega que requerían, fueron «Pollock» y «Copying Beethoven», en los que tuvo que ponerse en la piel de dos genios. Aunque si ha de quedarse con un título sería «En un lugar del corazón», donde conoció a su mujer, Amy Madigan, uno de los matrimonios más longevos de Hollywood. Su último papel es el terrible personaje que interpreta en la serie «Westworld» y que le ha vuelto a colocar en el disparadero. «La industria ha cambiado mucho y la manera de trabajar de la televisión ya no es muy diferente a la del cine», concluyó.

Atracos bilbaínos

Otra de las películas de la jornada fue «70 binladens», protagonizada por Emma Suárez, «una película de atracos muy bilbaína», según señaló ayer su director, Koldo Serra, que ha construido unos personajes cercanos y reales, que se meten en un lío monumental y salen de él gracias a varios giros de guión muy cinematográficos. «No quería hacer el típico ‘thriller’ de atracos con virguerías técnicas y tópicos importados de Norteamérica porque eso aquí no sale bien. Quería hacer algo más de andar por casa, con personajes reconocibles y cierto costumbrismo, al estilo de “La estanquera de Vallecas” o “Tarde de perros”», aseguró Serra.