Salud

«El 93% de la población no tiene acceso a la cirugía cardíaca»

XAVIER RUYRA/ PRESIDENTE FUNDACIÓN CARDIODREAMS Y CIRUJANO CARDIVASCULAR

La Razón
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¿Cuál es el panorama o estado actual de la cirugía cardíaca en España?

Es buena. En España, en todas las comunidades hay un acceso fácil a la cirugía cardíaca, que es de muy buena calidad, con muy buenos resultados, comparables a cualquier sitio del mundo en cuanto a cartera de servicios, técnicas de última generación, resultados ajustados a mortalidad, últimos avances...

-¿Se ha evolucionado mucho?

Se ha evolucionado mucho y en muchos campos. Uno fundamental es que conseguimos operar a pacientes cada vez de mayor riesgo con mejores resultados y además de una forma mucho menos agresiva: incisiones más pequeñas, materiales biocompatibles, evitamos operar a muchos pacientes gracias a procedimientos por catéter, la recuperación es más rápida... Intentamos siempre ofrecer mejores resultados y con recuperación más rápida.

-¿Y cuál es la incidencia de la cirugía cardíaca en España?

Para una población de un millón o un millón quinientos mil, habría que hacer unas 500 o 600 cirugías cardíacas grandes al año. Es una incidencia que está un poco por debajo de la que tienen otro países europeos, entre otras gracias a la dieta mediterránea.

- Pero esta no es la situación que se vive en todos los países ¿Cómo son las diferencias?

Son grandes, abismales, sorprendentes e injustas. Hay que pensar que fuera del contexto de Europa, Estados Unidos y Australia, el 93% de la población, es decir más de 4 mil quinientos millones de personas, no tiene prácticamente ningún acceso a la cirugía cardíaca. Si en Estados Unidos o Europa hay un centro para 150 o 500 mil personas, en África o Asia hay un centro para cada 30 o 40 millones de personas, con lo cual muy pocas personas tienen acceso. Son países en vía de desarrollo, pobres, con muy poca trama sanitaria, que no tienen sanidad pública y ni acceso a la cirugía cardíaca simplemente porque no existe ninguna posibilidad de hacerla.

-¿Fue por este motivo que decidieron crear la fundación Cardiodreams?

Hay que conocer esas desigualdades. Estamos volviendo a ver patologías que aquí en España ya no existían: la enfermedad reumática del corazón prácticamente ya no se ve y en cambio, los pacientes jóvenes inmigrantes que llegan, llegan con patologías reumáticas muy avanzadas y eso te hace reflexionar. Luego intentas conocer más, viajas a estos países y te das cuenta de que la trama sanitaria es muy precaria. Todo ello te hace reflexionar e intentar ayudar en el campo que uno conoce.

-¿Y cómo ayuda la fundación?

Lo hacemos de tres formas. Por un lado, la asistencial, que consta de dos vertientes: dar la oportunidad a pacientes que no tienen acceso a la cirugía cardíaca de venir a Barcelona a operarse o bien que nosotros podemos ir a estos países para introducir las bases para que puedan tener unidades para operar médicos de allí a pacientes de allí. Otra de nuestras formas de ayudar es la de hacer formación y continuada a cirujanos de países desarrollados en nuestro campo, el de la cirugía cada vez menos agresiva, con protocolos de cirugía sin sangre, de mínima invasión... . Nuestro tercer objetivo es el de fomentar la investigación y para ello tenemos una beca que va a favorecer el desarrollo de proyectos interesantes en este ámbito.

-¿A qué personas va dirigida la ayuda asistencial?

Para ayudar hay que focalizar un poco. En estos países en los que queremos ayudar has de contactar con la gente que está sobre el terreno, como por ejemplo la Fundación Vicente Ferrer en India, para que te oriente sobre cómo eres más útil y te ayuden a focalizar los esfuerzos. Además, hemos concretado en dos patologías, que son muy frecuentes y que generan muchas muertes e ingresos hospitalarios en países subdesarrollados, como son la enfermedad reumática y la cardiopatía congénitas tipo defecto de las cavidades cardíacas. Son cirugías que son sencillas pero que determinan que pacientes a los cuales no se les diagnostica puedan morir por estos problemas a la edad juvenil o puedan tener una calidad de vida muy afectada. Muchas de estas personas o no están diagnosticadas o no tienen acceso a una cirugía. La enfermedad reumática es una enfermedad que afecta a las válvulas del corazón pero que se genera por amigdalitis o faringitis que no se han tratado. Aquí en España cuando un niño tiene faringitis, lo llevamos al médico y si es necesario le damos amoxicilina o penicilina y se cura; pero en estos países no pueden hacerlo y esas infecciones por estreptococo provocan a la larga enfermedad valvular y cardíaca importante. Ahí se puede actuar en muchos niveles.

¿Así es primordial actuar en la prevención?

Nuestra actuación es global: prevención y tratamiento de la enfermedad. Es muy sencillo detectar problemas congénitos de comunicaciones entre las paredes del corazón, pero a la vez es difícil. Es sencillo porque sólo se requiere un ecocardiograma , pero para ello es necesario el aparato y unos técnicos que sepan usarlo. Y esa va a ser también nuestra misión: llevarles los aparatos para detectar enfermedades subclínicas y formar a la gente de allí, porque son ellos quienes, sobre el terreno van a poder ayudar mucho más que trayendo a gente puntualmente. Estamos hablando de prevención y cirugía que son fáciles, pero es contexto es lo que es difícil, porque son países sin posibilidades. El perfil del paciente allí es muy joven y tiene problemas muy sencillos de solucionar, que aquí hace años que dejamos atrás.

-¿Qué objetivos espera alcanzar la fundación en su primer año ? Nos gustaría operar al menos a diez personas, hacer ya un par de viajes a estos países para poder empezar a asentar las bases de las unidades sobre el terreno; vamos a empezar los cursos de formación y convocar la beca.