Teatro

Estreno

El amor que no pudo decir su nombre

Alberto Conejero descubre en «La piedra oscura» a Rafael Rodríguez Rapún, la última pareja de Federico García Lorca

UNA ESCENA DE LA OBRA, con Daniel Grao y Nacho Sánchez
UNA ESCENA DE LA OBRA, con Daniel Grao y Nacho Sánchezlarazon

Decían los íntimos de Lorca, aquellos que lo conocieron bien, que en sus últimos años de vida, Rafael Rodríguez Rapún, un joven al que había conocido en la Barraca, «era la pasión». Y sí, Rapún lo fue e incluso inspiró los llamados «Sonetos del amor oscuro». Pero casi siempre, cuando se ha hablado de ese joven que murió en 1937, su historia ha sido tergiversada o una pequeña nota en la biografía del poeta.

Al dramaturgo Alberto Conejero le fascinó esa historia y pudo acceder a los testimonios y el archivo guardado por la familia de Rodríguez Rapún. De ese trabajo de investigación, consecuencia de su amor hacia Lorca, surgió una obra de teatro que desde hace un año viene recogiendo numerosos aplausos. Es «La piedra oscura» que llega ahora al Lliure de Gràcia. La producción, que toma el título de una obra que Lorca no llegó a escribir y en la que habría abordado la homosexualidad como tema principal, nos lleva a los últimos momentos de vida de Rapún, una ficción basada en hechos reales, con el muchacho herido y preso en manos de un soldado del bando enemigo. «La piedra oscura» cuenta con la dirección de Pablo Messiez y con Daniel Grao y Nacho Sánchez como sus protagonistas.

Conejero explicó ayer, en rueda de Prensa, que su texto «nace del amor y del magisterio de Federico García Lorca. Con los años me di cuenta que Rapún era como un colofón en su biografía y se le daba poca importancia, pese a tener un final tan desgraciado». Fue Ian Gibson, el gran biógrafo de Lorca, quien lo animó a llamar a la puerta de la familia de Rapún que le fueron abiertas. De ahí surgió «un mosaico roto con muchas estelas», como lo define su autor quien en la actualidad sigue profundizando en el tema.

Lo que el espectador verá en escena «no es una hagiografía», «ni una reconstrucción histórica». Según Messiez, «la obra es una relación de dos personajes antagónicos ante un sinsentido y la muerte próxima». Y ello trufado de datos ciertos sobre un hombre que convivió con la intensa luz de Lorca y que no había aceptado plenamente su sexualidad, como recordó Alberto Conejero.

Y un dato a tener en cuenta. Fue en la Barcelona del otoño de 1935 cuando Lorca y Rapún se pelearon porque el chico decidió dejar al poeta por una gitana conocida en el Barrio Chino. «La piedra oscura» supone, por tanto, que Lorca y Rapún vuelvan a la ciudad tantas décadas después.