Barcelona
El matrimonio, un espejo donde reir de tus miserias
La Sala Muntaner recupera la obra «Ara que ho tenim tot», del norteamericano Lee Blessing, con Mingu Ràfols y Núria Casas en el papel de esta hilarantemente reconocible pareja.
La Sala Muntaner recupera la obra «Ara que ho tenim tot», del norteamericano Lee Blessing, con Mingu Ràfols y Núria Casas en el papel de esta hilarantemente reconocible pareja.
Carlos Sala- Las manos de Simone Cuerda siempre habían sido largas y huesudas, pero nunca tanto como cuando se metieron en la cavernoso hocico de aquel perro infernal, que acababa de morder la pierna de su marido. El pobre tenía esos colmillos encima y permanecía aterrorizado. Aquel rottweiler respiraba furia y desprecio por todos sus poros, con un gruñido gutural que hablaba de viejos odios y rencillas. Había aparecido de la nada, abalanzándose sobre el hombre como si tuviese una cuenta pendiente con él. Simone se lanzó encima del monstruo al instante, golpeándole con las piernas mientras las manos le sangraban dentro de aquella mandíbula.
La vida da giros extraños de vez en cuendo. El hombre acababa de decir a Simón que quería el divorcio. No había una razón especial, o al menos no sabía verbalizarla. Lo único que sabía es que no lo soportaba más y que después de 20 años juntos, su presencia le llegaba a dar «auténtico asco». Simone intentó que se calmase y no dijese tonterías, pero él no estaba nervioso en absoluto. Entonces apareció ese perro y se tiró encima desu marido como si representase todo lo que quería destruir en el mundo. Así que Simone se lanzó sobre él confusa y con sentimiento de culpa porque, ¿acaso podía ser ella misma aquel perro? ¿Lo había invocado con su incomprensión?
Al final, su marido pudo liberar la pierna y después de una fuerte patada en el lomo, el perro se marchó corriendo, mientras Simone decidió empezar a perseguirlo. No sabía lo que estaba haciendo, pero corrió y corrió y corrió hasta que perdió al perro de vista. Sola, a kilómetros de distancia de la terraza donde su marido acababa de pedirle el divorcio, se sentó en el suelo, agotada, y le vinieron a la cabeza sus últimas palabras antes de que los asaltase el perro. «Lo siento, no me gusta tu nariz, es así de simple».
En ese momento, Simone volvió a sentir un punto de rabia e incomprensión y el perro rapareció, de nuevo, amenazador, con el pelo erizado y las fauces más grandes que nunca. Se acercaba lentamente, con una ligera cogera que debía haberse hecho con las patadas de Simone. Su morro estaba manchado de una sangre que no sabía si era del perro, suya o de su marido. ¿Marido? Dios, pensó, él tiene razón, tengo una nariz horrible, y sintió ganas de saltar sobre el perro y empezar a golpearlo. Algo debió notar el animal, porque volvió a marcharse corriendo. Simone empezó a seguirlo de nuevo, gritando «¡no te marches, te quiero, lo arreglaremos!». Ojalá sea cierto.
Una divertida dialéctica
La Sala Muntaner acoge ahora una de las comedias dramáticas más crueles y certeras que se han escrito nunca sobre el derrumbe de un longevo matrimonio. Los actores Mingo Ràfols y Núria Casas son esa pareja en crisis en «Ara que ho tenim tot», obra del premiado dramaturgo norteamericano Lee Blessing, que acogerá la Muntaner hasta junio.Jordi Coromina se encarga de la dirección de un montaje que sublima el combate dialéctico hasta el delirio o cómo hablando a veces las personas se entienden menos y menos. «Es una pieza construida con mucho sentido del humor a pesar de su fondo oscuro», señala Ràfols.
La obra nos presenta a una pareja que, después de 24 años casados, deciden celebrar su aniversario junto a una pareja de amigos en el mismo hotel donde pasaron su luna de miel. Mientras esperan a recibir a la pareja de amigos para ir a cenar, empezarán una discusión que arrancará ligera pero que poco a poco tensará una situación hasta cotas inimiginables.
El título «Ara que ho tenim tot» hace referencia a las circunstancias personales de la pareja protagonista «que ya tiene la casa, el coche y el hijo en la universidad, y se encuentran el uno frente al otro, sin más obligaciones que mirarse de frente», según Ràfols. La grotesca respuesta de ponerte frente a un espejo y no reconocerte, sino reconocer al monstruo, es lo que arrancará los mecanismos de defensa entre uno y otro que acabarán con un final violento.
Lee Blessing es una autor contemporáneo prácticamente inédito en nuestro país, del que sólo se ha visto en Barcelona «Un passeig pel bosc» en el Teatre Poliorama en 1991, el texto que consiguió darle un nombre y un objetivo que seguir.
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