Parlament de Cataluña
¿Investidura a distancia antes de Sant Jordi?
La reforma de la Ley de presidencia para investir a Puigdemont desde el extranjero ha superado su periodo de enmiendas y ahora solo queda a la espera del dictamen del Consell de Garantías, que tiene siete días
La reforma de la Ley de presidencia para investir a Puigdemont desde el extranjero ha superado su periodo de enmiendas y ahora solo queda a la espera del dictamen del Consell de Garantías, que tiene siete días.
La intención de JxCat por mantener la confrontación con el Estado y no dar salida al actual bloqueo político parece infinita. Tras conseguir acordar con ERC un pleno de investidura con la candidatura de Jordi Sánchez para este viernes –cuya celebración es imposible ya que el juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, no le permitirá salir de prisión–, ahora el siguiente paso que enfila la lista del ex president es intentar la investidura telemática de Carles Puigdemont. Aunque parecía una opción descartada en los últimos días –después de que él mismo se autodescartase provisionalmente y su propio abogado lo disuada mientras siga vigente el proceso extradición–, lo cierto es que JxCat ha logrado dar trámite a la reforma de la Ley de presidencia que permitiría una elección a distancia.
Si todo sigue su curso natural, esta norma podría alcanzar un Pleno en nueve días, después de que ayer, la Mesa del Parlament, con mayoría separatista, aceptara todas las enmiendas. La oposición tiene ahora 48 horas para recurrir al Consell de Garanties Estatuties –el Tribunal Constitucional catalán–, algo que ya tienen previsto C's y PSC (tienen más de 15 diputados, requisito imprescindible; el PP ha planteado un recurso de reconsideración), y este órgano dispone de siete días para emitir un dictamen, que no es vinculante. Tras este proceso, el presidente del Parlament, Roger Torrent, tendrá en sus manos la convocatoria de una sesión parlamentaria en la que dar luz verde a este iniciativa. Todo ello, por tanto, sugiere un nuevo órdago del independentismo al Estado, y fuentes parlamentarias, precedentes en mano, dibujaron una nueva astucia a la vista: aprobar la reforma de la ley e investir a Puigdemont el mismo día para evitar que el Gobierno tenga margen suficiente para recurrir al Tribunal Constitucional.
En este sentido, la Moncloa precisa de varios días hasta que pueda formular su recurso –ya que tiene que acudir primero al Consejo de Estado–. Tras concretarse, el TC la suspendería automáticamente, pero ya sería después de que Puigdemont hubiera sido investido. Así, con estos plazos previstos, el ex president podría ser reelegido antes de Sant Jordi –23 de abril–.
El único, que por ahora podría impedirlo es ERC, que se está mostrando muy prudente y actuando siempre ajustándose a la Ley, pero el nuevo contexto agitado, compromete sobremanera a los republicanos. En este caso, Torrent, es quien convoca los Plenos y maneja los tiempos parlamentarios a su antojo. La CUP, en cambio, volvió a demostrar ayer su voluntad por investir a Puigdemont y se desplazó a Berlín para verse con el ex president y expresarle la voluntad por apoyar su candidatura.
El PSC vuelve a alejarse del separatismo
Tras unos días acercando posturas con ERC, el PSC volvió a marcar distancias ayer con el separatismo tras los arrestos a diferentes miembros de los Comités de Defensa de la República. Por un lado valoró que muchas de las acciones de estos grupos son «penalmente punibles», y por otro rechazó acudir a la manifestación del próximo domingo, que tiene como objetivo protestar contra los encarcelamientos.
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