Salud

La esperanza de vida de futuras generaciones puede empeorar

La Razón
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Sólo el 25 por ciento de los niños realiza la cantidad y la intensidad del deporte que los expertos recomiendan a la semana y apenas el 8 por ciento de las niñas. La tendencia es que los menores hagan cada menos actividad física y de seguir así las próximas generaciones tendrán una esperanza de vida más corta. Es una de las conclusiones del último informe del Observatorio Faros del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona que tiene por título «La actividad física mejora el aprendizaje y el rendimiento escolar. Los beneficios del ejercicio en la salud integral del niño a nivel físico, mental y en la generación de valores».

El nombre del estudio lo dice todo pero su contenido entra a desgranar punto a punto la afirmación y no obvia lanzar ciertas advertencias. Todo lo bueno que tiene la práctica del deporte puede convertirse en todo lo contrario si al niño se le presiona o exige más de lo que es capaz. Las consecuencias en este caso pueden ser nefastas tanto a nivel físico como mental. ¿Cuál es la actividad que recomiendan los expertos? A la semana, los niños deben practicar deporte entre tres y cuatro días. La actividad en sí debe, como mínimo, consistir en 30 minutos de ejercicios moderados y otra media hora más de vigorosos. Ahora bien, los niños «deben ser tutelados por profesionales preparados, seguir consejos dietéticos y de descanso e ir con las protecciones necesarias», apuntó el médico del FC Barcelona, Lluís Til, en la presentación del informe. Se trata de evitar que los más pequeños, con un sobre esfuerzo, acaben lesionados, algo que ha ido en aumento en los últimos años señalan los autores del estudio. Cerca del 20 por ciento de las lesiones que sufren los niños son consecuencia de la práctica deportiva y han crecido los casos en que la gravedad obliga a la hospitalización. Asimismo, el acompañamiento en positivo de los padre es clave para los niños. En este sentido, Til insta a que «los padres dejen de meter presión a los niños cuando hacen deporte, porque cuando se practica una actividad deportiva desde el punto del juego se disminuye el riesgo de lesión porque se reduce la presión emocional». Además, sólo si el menor ve la actividad física como un divertimento puede desarrollar los valores propios del deporte.

Valores como la paciencia, el temple, la serenidad, la prudencia, la confianza en los otros, la humildad o la perseverancia se transmiten sin esfuerzo a través del deporte. Encajar una derrota, esforzarse por superarse, disfrutar de un éxito bien merecido, son experiencias a las que la vida ya expone a las personas, pero tenerlas a corta edad implica crecer más sano y fuerte para seguir avanzando a pesar de las dificultades.

Pero el deporte no sólo son valores, y más allá de los beneficios para la salud, los investigadores de Sant Joan de Déu señalan que, por ejemplo, su práctica disminuye el riesgo de sufrir enfermedades mentales. Además, está demostrado que comporta cambios en el cerebro que mejoran «la atención, la memoria, el rendimiento cognitivo y la sensación de bienestar».