Elecciones catalanas

La última baza del independentismo

El separatismo tiene hasta el viernes para decidir si concurre a las elecciones de forma unitaria. Pese a la demostración de fuerza de ayer, las posiciones quedaron más alejadas que nunca.

Imagen de la manifestación independentista de ayer
Imagen de la manifestación independentista de ayerlarazon

El separatismo tiene hasta el viernes para decidir si concurre a las elecciones de forma unitaria. Pese a la demostración de fuerza de ayer, las posiciones quedaron más alejadas que nunca.

El líder del PP, Xavier García Albiol, arrancó ayer el día recurriendo a la Junta Electoral para que impidiera que TV3 retransmitiera la manifestación de apoyo a los miembros del Govern y a los líderes de las entidades independentistas encarcelados. Tal y como estaba planteado, se iba a convertir en munición propagandística con vista a las elecciones autonómicas del 21 de diciembre. Y así fue, el separatismo volvió a demostrar su capacidad de movilización y consiguió una nueva exhibición de fuerza, que le permitió recuperar el ánimo perdido durante los últimos días, después de la decepcionante declaración de independencia, que en ningún momento ha tenido visos de materializarse –luego han definido como «simbólica»–, así como las divisiones y contradicciones que esta generando las confecciones de las listas electorales.

Esta última cuestión, todavía por zanjar, si persiste también se puede convertir en una nueva fuente de discordia que despilfarre todo el entusiasmo y fuerza capitalizado ayer. En los parlamentos de la manifestación, en los que se leyeron misivas enviadas por los dirigentes presos, hubo una, la del ex conseller Jordi Turull, que enfatizó particularmente sobre este asunto y reclamó «unidad» porque la «división es la esperanza del Estado». Más allá de este caso, nadie más apeló a ello. Ni el propio ex president, Carles Puigdemont, que ayer lo pasó por alto tras muchos días insistiendo y se centró en pedir la libertad de los encarcelados. Hasta este viernes –17 de noviembre–, los separatistas están a tiempo de impulsar una candidatura unitaria aunque deberá ser como agrupación de electores, algo que tiene muchos inconvenientes, como la no inclusión en los bloques electorales de los informativos o la ausencia de participación en debates electorales.

En todo caso, ERC dio ayer prácticamente carpetazo a esta posibilidad después de que ratificara en Consell Nacional su lista electoral y su estrategia discurre por derroteros calcados al PSC, con la inclusión en su candidatura de personalidades de otras formaciones como Demòcrates –escisión independentista de Unió– o Moviment d’Esquerres para dar un perfil de transversalidad. La secretaria general, Marta Rovira, en ningún momento hizo mención de lista unitaria y se limitó a hablar de «coordinación y suma».

Pero pese a que sea esta la idea de ERC, todavía hay un resquicio que pueda voltear su voluntad. Hasta ayer por la noche, la Asamblea Nacional Catalana, la entidad independentista con más peso y cuyas objeciones casi siempre son atendidas y asumidas, realizó una encuesta interna con sus socios para decidir si presiona a los partidos con la agrupación de electores o aparca esta cuestión. Los simpatizantes de la organización votaron mayoritariamente por forzar el acuerdo entre los partidos independentistas, y ahora se centrará en que cristalice este consenso.

Al salir la primera opción en esta encuesta de la ANC, favorecerá los deseos del PDeCAT, que apuesta por la lista unitaria. Si bien, si no lo consigue, será un arma que usará durante la campaña electoral, algo que ya ha hecho, como su portavoz en el Congreso, Carles Campuzano, que culpó a ERC de la imposibilidad de forjar una coalición. Esta baza, además, puede ser muy rentabilizable, ya que el electorado, en gran parte, no entiende ahora una lógica partidista cuando el contexto requiere más unidad de acción que nunca. Para ello, además, los neoconvergentes contarán seguramente con Puigdemont como cabeza de lista y con visibilidad desde Bruselas, algo que ERC no lo conseguirá, salvo que Oriol Junqueras salga antes de prisión.

Finalmente, la CUP, más inclinada a la lista unitaria, decidirá hoy si se presenta y cómo lo hace el 21-D.