Barcelona

Las entidades sociales alertan de que «la pobreza está desbocada»

Agradecen la ayuda de la sociedad pero exigen soluciones políticas

La sociedad catalana «no puede permitir que haya gente que no tenga vivienda o no pueda comprar comida»
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BARCELONA- La solidaridad de la sociedad catalana es innegable. Ha querido y sabido responder a la llamadas de auxilio de entidades y asociaciones que se esfuerzan día a día para dar respuesta a las necesidades de los más desfavorecidos. Prueba de ello fueron los 4,5 millones de euros recaudado por la Marató dedicada a la pobreza que ahora hace un año organizó TV3 o el volumen de alimentos recogidos por el Banco de Alimentos en sus diferentes iniciativas. Pero las necesidades aumentan mes a mes y al cifra de personas que no pueden vivir sin este tipo de ayudas crece sin límite. Y las respuestas políticas siguen sin llegar, advierten desde el Tercer Sector.

«La pobreza está desbocada y no vemos un cambio a corto plazo, al contrario, la situación empeorará, lo notamos cada día en nuestros servicios de atención en los 600 municipios de Cataluña», apunta el coordinador de la Cruz Roja en Cataluña, Enric Morist. La pobreza que ya afecta a más del 21 por ciento de los catalanes sigue expandiéndose como una mancha de aceite «pero sobre todo está aumentando en nuevos perfiles de personas que hasta ahora era impensable y ha aumentado la pobreza severa; los que eran pobres ahora lo son más», señala la presidenta del consejo asesor de Política Sociales de la Generalitat y responsable de las Entidades Catalanes de Acción Social Teresa Crespo. Cada vez son más las personas sin trabajo desde hace tiempo que ya no son beneficiarios de ninguna ayuda por parte del Estado. Asimismo, para poder pagar el agua o la luz, muchas familias acuden a asociaciones para pedir de qué comer. «Se ha acentuado la falta de las necesidades más básicas que atacan cada vez más la dignidad de las personas», denuncia Crespo. Para Morist, una sociedad rica como la catalana «no puede permitir que haya gente que no tenga vivienda o no pueda pagar la luz o el agua o no tenga para comprar comida». Y, de hecho, trata de no permitirlo y muestra su solidaridad en grandes acciones o en el día a día. Pero como señala Crespo, «la pobreza no se arregla con maratones, sino con políticas sociales». La de la TV3 «sirvió para mitigar muchas situaciones sangrantes de familias y nos ha ayudado en el servicio de mediación de la vivienda», declara el director de Cáritas de Barcelona, Jordi Roglà. Todos coinciden en que lo recaudado hace un año supuso una gran ayuda, pero «se está actuando sobre las consecuencias de la pobreza y no sobre su causa real, el desempleo», lamenta Roglà y añade, «lo que ha que hacer es una Maratón para aunar voluntades para el empleo».

«La Maratón contra la pobreza se tiene que hacer los 365 días del año para que no sigan aumentando las desigualdades», afirma la presidenta de la Mesa del Tercer Sector, Àngels Guiteras.