Historia

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Las vidas de Josep Benet

Jordi Amat reconstruye en «Com una pàtria» la figura del controvertido historiador

El historiador Josep Benet
El historiador Josep Benetlarazon

Jordi Amat reconstruye en «Com una pàtria» la figura del controvertido historiador.

Josep Benet es uno de los grandes nombres de la historiografía catalana y fue uno de los espectadores más destacados e impacables de cuánto sucedió en la cataluña del siglo XX. El único volumen que escribió de sus memorias ya venía a demostrar esa afirmación, pero su muerte, en 2008, dejó esa labor autobiográfica inconclusa. A falta de ese relato en primera persona, contamos desde ahora con un libro que es fundamental para conocer todas las caras de Josep Benet. «Com una pàtria. Vida de Josep Benet» , publicado por Edicions 62, es un ambicioso trabajo de investigación y erudición que firma Jordi Amat. El autor se ha inmerso en una vida apasionante y apasionada, basándose en buena parte de la documentación inédita que se guarda en el archivo del desaparecido historiador, abogado, político y activista catalán.

Si insólita es la figura del biografiado, igualmente insólito fue el escenario elegido ayer por Edicions 62 para presentar este ensayo. El que fuera domicilio de Benet, en la barcelonesa calle Benet, todavía guarda la que fuera su biblioteca personal, así como el anagrama que hizo para él Antoni Tàpies o documentos enmarcados que subrayan la importancia del intelectual, como es el caso de una carta manuscrita firmada por Salvador Espriu. Todo ello está guardado por Florència Ventura, la viuda de Benet, y que ayer, conservando una envidiable lucidez a sus 95 años, quiso acompañar a Jordi Amat en la presentación de «Com una pàtria».

Amat recordó que quien fuera el senador más votado en las elecciones españolas de junio de 1977, con 1,3 millones de votos era definido por Josep Maria de Sagarra como «un Fouché, pero en bueno», aunque Amat cree que fue «un mal Maquiavelo». A ellos se le suma otra voz, la de Dionisio Ridruejo, que lo definía en sus cartas como «el guerrillero».

«No imaginaba que me costaría tanto escribir esta biografía», dijo el autor que para poder escribir su trabajo, además de la consulta de documentos, ha entrevistado a una treintena de personas, entre ellas Albert Manent, Pere Portabella o Jordi Pujol. Amat recordó que Benet «no era un personaje sencillo». Esa complejidad es la que ha hecho que fuera «difícil el transformar esa complejidad en discurso narrativo».

El libro sigue los pasos de Josep Benet en un camino que es el mismo de la Cataluña que sufre el franquismo tras el final de la Guerra Civil. Benet opta por la resistencia, por la Assemblea de Catalunya y se convierte en el abogado defensor del que fuera secretario del PSUC Joan Comorera o del escritor y editor Joan Sales. El intelectual utiliza estas defensas para, como subrayó Amat, «hacer daño a la bestia de la manera más sutil».

En el libro también podemos encontrar muchos detalles de sus relaciones con Josep Pla, Joan Fuster o Josep Tarradellas, con quien no tuvo una muy buena relación. «Benet no confiaba en Tarradellas y éste supo desde muy pronto quién era Benet. No se gustaron», explicó el autor de «Com una pàtria». Eso hace que el historiador «fuera por libre y que habalara de Tarradellas desde la herida».

Irregular fue también su amistad/enemistad con Jordi Pujol. A este respecto, Jordi Amat sentenció que «la relación con Pujol fue larga, con momentos de amistad y reconocimiento por parte de Pujol del magisterio de Benet, y se hace más fuerte en el año 59». Sin embargo, Benet nunca pudo disponer de un capital como el de Pujol para construir su liderazgo político en el catalanismo.

Pese a no tener una vida fácil, su viuda recordaba ayer que «nunca tuvo ni una gota de rencor. Tristeza sí, pero nunca rencor».

Lo que sí hubo en él fue un sentimiento de meticulosidad en la investigación para sus libros. Sus libros sobre la Semana Trágica o las ejecuciones de Lluís Companys, Manel Carrasco i Formiguera, Joan Peiró o Domènec Latorre son precisamente fruto de esa meticulosidad. Eso es algo también que se intuye en su archivo. «Lo guardaba todo. En su despacho se acumulaban muchos materiales que me han ayudado a reconstruir todos esos años», rememoró Amat quien ha rechazado el caer en la tentación de escribir una hagiografía.

El hombre que fue una de pieza importantísima del catalanismo de izquierdas, que colaboró con Fèlix Millet (padre) o Jaume Vicens Vives necesitaba ser rescatada y recuperado. Eso es lo que hace Amat con mano maestra.